La Cámara de Diputados inició el debate para tratar las extensiones en las sesiones maratónicas
Las reuniones parlamentarias que abordan temas relevantes suelen durar más de 20 horas, y algunos diputados afirman que esto no solo afecta a los mismo funcionarios sino que también a los ciudadanos
La Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de la Cámara de Diputados se reunió este miércoles al mediodía para iniciar el debate sobre la extensión prolongada de las sesiones en el recinto.
La semana pasada, en la última reunión de labor parlamentaria, tanto el oficialismo como la oposición avisaron que el debate se iba a extender hasta horas de la madrugada, habiendo discutido temas rigurosos como la creación del registro nacional de deudores alimentarios o la Ley Lucio.
Estas extensiones de más de 20 horas dentro de la Cámara de Diputados no son para nada raras. Sin embargo, varios funcionarios señalaron las dificultades que generan dichas jornadas largas, mencionando complicaciones que les impiden estar presentes durante toda la sesión o escuchar con atención los discursos de sus pares.
Así como lo planteó la presidenta de la comisión Paula Penacca, hay cuatro proyectos con estado parlamentario que buscan regular esta situación. Los mismos fueron presentados por Silvia Lospennato (PRO), Dolores Martínez (Evolución), Emilio Monzó (Encuentro Federal) y la misma Paula Penacca (Frente de Todos).
El debate fue abierto por la diputada Penacca, quien inició diciendo que este es un tema que “ha sido discutido en muchas ocasiones”, pero que no ha llegado a una conclusión hasta el momento.
Silvia Lospennato explicó que la duración de más de 20 horas de ciertas sesiones “atenta contra el trabajo” de los diputados. La funcionaria incluso explicó que dichas extensiones no solo afectan a los diputados, sino que también “hace más difícil el seguimiento de los ciudadanos”.
El formoseño Fernando Carbajal confesó sentirse “azorado” por las malas prácticas legislativas y opinó sobre la problemática desde un terreno más cotidiano: “Estamos legislando sobre cuestiones del sentido común. Es obvio que después de doce horas tenemos la cabeza quemada”.
Por su parte, el presidente del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, explicó que el problema principal radica en la dificultad para llegar a acuerdos políticos entre las principales fuerzas. “Es cierto que (el horario) lo podríamos definir en las reuniones de labor parlamentaria, es cierto que las reglas que ya están nos permitirían hacerlo”, reconoció.
No obstante, advirtió que tanto el oficialismo como la oposición suelen utilizar “recursos parlamentarios” como la dilación de los tiempos y la inclusión de oradores, por lo que pidió tener más consideraciones en mente con el fin de que “el límite de horario no termine siendo un aliciente para estirar los tiempos”.
Las diferentes propuestas coinciden en que una vez que los debates pasen a cuarto intermedio deberán reanudarse al día siguiente sin que sea necesario volver a juntar el quórum de 129 diputados. Por un lado, los proyectos de Lospennato y Penecca proponían terminar a las 22, mientras que el de Monzó a la medianoche.
También se evalúa la posibilidad de incluir alguna cláusula que flexibilice la finalización de algún tema cuando falten pocos oradores o haya consenso político para extender la sesión.
Graciela Camaño, de Identidad Bonaerense, cuestionó el tratado de cualquier reestructuración e insistió en que el verdadero problema es la polarización política que impide llegar a acuerdos. “Si seguimos reglamentando para auto proscribirnos incluso estamos tomando una decisión por alguien que va a venir. Nosotros somos circunstanciales. No nos tenemos que poner más autorregulaciones para ordenarnos”, desarrolló.
La próxima semana los asesores parlamentarios de los diferentes bloques se reunirán para discutir detalles y facilitar el debate político antes de terminar el año.