Hace 38 años, la Argentina recuperaba el camino de la democracia. Lo hizo de la mano de Raúl Alfonsín que ganó las elecciones con el 53% de los votos después de 8 años de violencia, represión y genocidio.

Alfonsín, enfrentó un desafío sin igual. Gobernó con entorno regional todavía en dictadura. Pinochet en Chile, Figueiredo en Brasil, Stroessner en Paraguay, Gregorio Álvarez en Uruguay, todos militares, todos dictadores, la Argentina de Alfonsín lideró la recuperación democrática en el continente.

Se negó a someter a los militares a su propia justicia, y los puso a disposición de sus jueces naturales, que los sentenciaron y encarcelaron. Derogó la ley de autoamnistía que había dictado el gobierno de Bignone, el último dictador.

Enfrentó múltiples problemas, entre ellos la enorme deuda externa contraída por el gobierno militar, cuando estatizó la deuda de las empresas privadas y dos planteos militares de gravedad, los de Rico y Seineldín. Además un grupo de rebeldes armados liderados por en ex ERP tomaron un cuartel militar. Gorriarán Merlo dirigió al Movimiento Todos por la Patria en ese acto de violencia.

Alfonsín soportó los coletazos de una era que se negaba a morir y su fortaleza, garantizó el final de la etapa mas negra de nuestra historia. Cuando las asonadas militares amenazaban la subsistencia democrática, tuvo a su lado a Antonio Cafiero, líder del peronismo en esa época, en lo que fue la primera "Moncloa" criolla: en algo estaban de acuerdo, Nunca Más.

Alfonsín prometió 100 años de democracia, ya cumplió con 38.