Durante el Tedeum del 25 de mayo en la Catedral Metropolitana, el cardenal Jorge Bergoglio afirmó que “es necesario despertar a la humildad. Las ambiciones desmedidas sólo lograrán que el supuesto vencedor sea rey de un desierto o el capataz de una propiedad foránea”, señaló a propósito de las elecciones de este año.

El arzobispo de Buenos Aires acotó que “los maquillajes y los vestidos del poder son una cáscara de almas que llena su vacío triste. Es el vaciamiento consecuente de lo compulsivo, la soberbia en su manifestación más torpe, que es la veleidad. El veleidoso carece de propuestas, sólo anuncia reivindicaciones, y vive eternizando su adolescencia”, dictaminó.

Durante la homilía, exhortó a los católicos a “escuchar, pensar y sentir para actuar de acuerdo a nuestro horizonte y anhelos de grandeza, pero con los pies en la tierra”. Llamó a seguir el camino de quienes “lucharon por la patria más allá de las diferencias. Cuanto más conscientes (seamos) de nuestros dones y límites, las dos cosas juntas, seremos más libres de la ceguera y la soberbia”, dijo Bergoglio.