Por Esteban Jacyna / El Libertador de América eligió el camino más difícil para atravesar los andes.

Las 4 cordilleras y las 6 columnas de San Martín

El propio San Martín horas después de atravesar Los Andes y cuando faltaban pocos días para la batalla de Chacabuco, valoraba el cruce.

En una carta dirigida al director supremo de las Provincias Unidas decía:

“El tránsito sólo de la Sierra ha sido un triunfo…figúrese la mole de un Ejército moviéndose con embarazoso bagaje… por un camino de 100 leguas, cruzado por eminencias escarpadas, desfiladeros, travesías, profundas angosturas, cortado por cuatro cordilleras…Tal es el camino de los Patos que hemos traído”

San Martín ideó el cruce por seis puntos diferentes a lo largo de 800 kilómetros en lo que hoy son las Provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja.

Esta dispersión de fuerzas tenía como objetivo, distraer y sorprender a las fuerzas realistas fortificadas en Chile que bajo el mando del Presidente de la Audiencia de Santiago, Casimiro Marcó del Pont, que en su conjunto superaban en número, armamento y preparación al joven Ejército recientemente creado por el propio San Martín.

Cuatro de las columnas tenían por función incitar a la rebelión de las poblaciones cercanas a Santiago de Chile, o generar confusión en las tropas enemigas al disimular el verdadero camino que estaba emprendiendo el grueso de las fuerzas Libertadoras.

Estas columnas con el mayor número de efectivos y con las mejores armas, avanzarían sobre la Capital trasandina, ingresando por los Pasos de Uspallata en Mendoza y por el camino de Los Patos en el sur de San Juan.

Por USPALLATA – Coronel Juan Gregorio de Las Heras

Por LOS PATOS – Gral. Miguel Estanislao Soler más la retaguardia a cargo del Brigadier chileno Bernardo O’Higgins.

Después de cruzar, la columna de San Martín y O’Higgins combaten contra los realistas en Achupallas y Las Coimas.

Se unen a la columna de Las Heras, había pasado por Uspallata. El encuentro se produce en el Valle del Aconcagua.

La genialidad del plan requería de una perfecta sincronización, ya que ambas columnas debían coincidir en una fecha y lugar preciso. La gigantesca movilización sorteando imponderables, accidentes geográficos y contingencias de toda índole además debía resolver una intercomunicación precisa, con los únicos elementos con los que por entonces se contaba: los chasquis.

“Es de destacar la eficacia de los correos. De día y de noche recorrieron los angostos y abruptos senderos de la montaña permitiendo que los distintos cuerpos del ejercito estuvieran permanentemente informados sobre los distintos acontecimientos que les sucedían a cada uno.

Desde Manantiales hasta la cima del boquete de Valle Hermoso, en lo que hoy es el límite con la Republica de Chile, distan diecinueve horas de trayecto a lomo de mula.

Por lo general, un grupo de jinetes, entre los que puede marchar gente inexperta, emplea unos tres días para completar este recorrido. Sin embargo, un baqueano experto, cambiando varias veces la cabalgadura, puede llevarlo a cabo en menos horas que el previsto.”

(Monachesi, Claudio y Mendoza, Edgardo - San Martín y el Cruce de los Andes - Pág. 163)

Estas geografías aun hoy, en tiempos de híper conectividad y redes sociales omnipresentes, por su aislamiento, requieren de sistemas de comunicación excepcionales, como el satelital, para su conexión.

San Martín eligió el camino más difícil para atravesar Los Andes. Y aun hoy lo es.

La misma ruta, las mismas piedras, el único punto de la extensa cordillera donde la topografía presenta dos cordones montañosos de altas cumbres y dos de pre-cordillera.

He aquí, en San Juan, las cuatro cordilleras de las que hablaba San Martín.

VER FOTOGALERIA LAS 4 CORDILLERAS.