Descubrieron que una especie de calamar que vive en las profundidades del océano en condiciones de oscuridad, el Octopoteushis deletron, se aparea indistintamente con machos o hembras en cuanto tiene una oportunidad.

Mide unos 12 centímetros de longitud; su hábitat se encuentra entre los 400 y los 800 metros de profundidad, lo que ha contribuido a que esta especie haya sido poco estudiada hasta ahora. Además, el molusco tiene un sentido de la vista muy poco desarrollado, lo que, en resumen, determina que las chances de encontrar pareja sexual del género opuesto son muy reducidas.
 
Los científicos creen que no es capaz de distinguir el sexo de sus compañeros sexuales; sabían que los machos tienen un órgano sexual similar al pene que utilizan para depositar su esperma en las hembras, pero sólo ahora pudieron constatar la peculiar situación. Asimismo, encontraron esperma en gran cantidad de ejemplares, lo que les hace pensar que su comportamiento sexual es promiscuo.

Los biólogos han detectado estrategias sexuales similares en otras especies marinas y terrestres. Los pulpos, los pingüinos, los delfines y algunos primates son sólo algunos ejemplos de animales que también mantienen relaciones homosexuales.