Ana María Arroyos, la argentina de 49 años que sufrió una descompensación mientras participaba de un crucero en Jamaica, "tiene una infección generalizada con mayor compromiso del pulmón", informaron los médicos del Hospital Finochietto, que calificaron de "grave" su estado actual.
 
El parte precisa que Arroyos presenta un "síndorme de distrés respiratorio" como consecuencia de una "sepsis" (infección generalizada) que deberá "ser evaluada persistentemente" por el equipo médico del hospital.
 
A medida que la evaluación avance "decidiremos los pasos a seguir y el tipo de tratamiento", sostuvieron los profesionales tras las primeras horas de atención, que obligaron a "reconstruir lo que ocurrió en estos 20 días".
 
"La infección del pulmón provoca una inflamación del órgano que afecta la oxigenación de la sangre", explicó uno de los integrantes del equipo médico que asiste a Arroyos desde que retornó al país.
 
La paciente está siendo "medicada con antibióticos, analgésicos y permanece en terapia intensiva con asistencia respiratoria mecánica", concluyeron los médicos.
 
Guillermo Baqué, esposo de Ana María, afirmó esta mañana a la prensa que tras arribar en un avión sanitario, Arroyos fue trasladada al Hospital Finochietto, donde "una junta médica evalúa para ver que se le diagnostica. Mientra tanto permanece en coma inducido en la terapia intensiva".
 
El esposo recordó que durante la internación en el país caribeño ya había sido operada, "los médicos dijeron que tenían una infección generalizada en el bajo abdomen, que luego le llegó a los pulmones".
 
Afirmó que en todo momento "la intención del capitán fue bajarla" y remarcó que ya pidió "constancia del motivo" por el que la bajaron del barco.
Además, subrayó que la mujer y su hija "fueron bajadas por la fuerza".
 
Por su parte, Celeste, hija de Ana María, también presente en el hospital, recordó a la prensa que "fueron unos días muy duros" porque estaba sola y "trataba de no asustar" a su familia en Buenos Aires.
 
"Cuando la hospitalizaron en Jamaica, mi mamá nunca se enteró que la iban a entubar, ni que la iban a traer en un avión sanitario" de regreso al país, señaló.
 
El 12 de abril, cuando disfrutaba de unas vacaciones a bordo de un crucero de Norwegian Cruise en compañía de una de sus hijas, Ana María Arroyos sintió fuertes dolores de abdomen y el médico de a bordo le diagnosticó una gastroenteritis aguda, dolencia por la cual la medicó.
 
Dada la persistencia de los dolores y la ineficacia del tratamiento, el capitán del crucero decidió que Ana María y su hija descendieran del barco para recibir una mayor atención médica en tierra, a pesar de que el lugar donde las dejaba no contaba con un centro asistencial acorde con sus necesidades.
 
Ante los reclamos de la joven, la única respuesta de las autoridades del barco fue hacerla descender esposada, según denunció.