Jairo presenta este fin de semana su último álbum, “Los Enamorados”, y conversó largamente en los estudios de Continental.

El cantante se refirió a Daniel Salzano, su letrista “de los últimos veinticuatro o veinticinco años”.

También confesó su pasión por práctica de la pintura (“te recordarán como cantante argentino y pintor uruguayo”, le dicen sus vecinos de la localidad oriental de Santa Ana en broma), pero también por la lectura, “pasión que comparten mi mujer y mis cuatro hijos”.

En especial, señaló las biografías de Federico García Lorca, Salvador Dalí y Antonio Machado que escribió Ian Gibson, al que describió como “un gran hispanista inglés”.

En La Mañana, habló largamente y con unción sobre Atahualpa Yupanqui.

“No todos los países tienen un Atahualpa Yupanqui o un Piazzolla”.

Contó detalles y anécdotas del artista que transformó el folclore argentino con su música y su poesía, como que era “fanático del tenis y de Gardel, del que hablaba con el mayor respeto”.

También recordó que, durante su primera estadía en París, el celebérrimo poeta surrealista Paul Éluard se convirtió en el secretario y divulgador de Yupanqui, que salían juntos a hacer footing, y recordó la vez que Edith Piaf (por única vez en su carrera) cedió cartel a ese sudamericano desconocido con el que compartió escenario y al que le cedió incluso sus propias ganancias de esas jornadas.

Jairo recordó con cariño la vez que cantó con Charles Aznavour una canción propia. “Él tuvo la inmensa generosidad de cantarla en castellano”, rememoró.

Y aludió al escritor Julio Cortázar como “el tipo más generoso del mundo”.