La mortalidad infantil bajó 52,7% en casi 20 años
Según el informe 2012 de la Organización Panamericana de la Salud, la Argentina bajó su tasa 25,6 por mil nacidos vivos en 1990 a 12,1 en 2009. Se destaca el gasto estatal en salud (10% del PIB), y la mayor crítica es a la fuerte fragmentación del sistema de salud.
El informe "Salud en las Américas 2012" de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca que en Argentina "la tasa de mortalidad infantil descendió de 25,6 por mil nacidos vivos en 1990 a 12,1 en 2009", lo que representa un baja de 52,7%.
El informe sobre la situación sanitaria de la región fue presentado este martes durante la 28ª Conferencia Sanitaria Panamericana que se desarrolla hasta el 21 de septiembre en Washington.
El capítulo que da cuenta de los avances en materia de salud en la Argentina destaca que "las condiciones de saneamiento han continuado mejorando".
En 2010, el 83,9% de la población tenía acceso a agua de la red pública (79,7% en la región metropolitana y 94,3% en la Patagonia). Además, el 74% de los municipios cuenta con planes municipales de manejo de residuos sólidos.
Entre los logros, la OPS destaca que continuó el aumento de la esperanza de vida al nacer (75,7 años en 2010) y que en 2009 se logró interrumpir la transmisión autóctona del virus de rubéola.
También enfatiza en la creación del Programa Nacional de Cáncer de Cuello Uterino y la introducción de la vacuna contra el virus del papiloma humano para las niñas de 11 años.
La OPS destaca "que se ha fortalecido la protección social, aportada por el conjunto de entidades que gestionan los seguros sociales (obras sociales), a distintos niveles, y en diversos grupos de la población".
Según el relevamiento, "en el último quinquenio, se han incrementado notablemente los recursos financieros, alcanzando un gasto en salud de 10% del producto interno bruto (PIB) en 2008", y destaca como logros la implementación del Plan Nacer y el acceso a medicamentos esenciales a través del Programa Remediar.
A pesar de los avances, la OPS da cuenta de que 23,5% de la población indígena tiene aún necesidades básicas insatisfechas en comparación con 14,3% de la población nacional.
Entre 1990 y 2008, "la mortalidad materna no ha presentado cambios, oscilando entre 40 a 42 muertes anuales por 100.000 nacidos vivos, con importantes diferencias entre y dentro de las provincias (es dos a tres veces más alta en las provincias más pobres, respecto al promedio nacional)", dice el informe.
Aunque la mortalidad infantil ha continuado descendiendo (12,1 por mil nacidos vivos en 2009), "ésta podría reducirse más en caso de que se actúe sobre la proporción prevenible, especialmente en las afecciones originadas en el período perinatal (49,3%)", advierte el informe.
"Se espera que en los próximos cinco años continúe el progreso económico, social y democrático. A pesar de los esfuerzos hacia una mayor equidad en salud, seguirán existiendo inequidades y desigualdades entre diversos grupos de la población, en detrimento de grupos marginados", asegura la OPS.
Para el organismo, "la fragmentación de los servicios de salud seguirá siendo uno de los mayores desafíos en la organización de la respuesta de atención médica y servicios sociales, especialmente frente al envejecimiento creciente de la población y el subsecuente incremento en las enfermedades crónicas y discapacidades".
Por eso, sostiene que "en la medida que se fortalezca el rol de rectoría a distintos niveles, se espera que contribuya a un aumento de la integración y el fortalecimiento de las diversas entidades del sistema de salud".