Tenía un dolor terrible en la panza que no la dejaba comer y, como no podía aguantar más y el dolor continuaba, decidió ir al hospital. Después de hacerle una serie de pruebas se toparon con una pluma estilográfica, que estaba ahí desde hacía nada menos que seis meses.
 
La radiografía que le hicieron en el hospital de Taipei, en Taiwán, no dejaban dudas que la lapicera estaba ahí y la estudiante no tenía la menor idea de cómo había llegado ahí.Según comentó, puede que la introdujera en su organismo el día que celebró la fiesta de fin de exámenes en la que se pasó de copas.
 
Shing Fang había ido en varias oportunidades a diferentes centros médicos con el mismo cuadro de dolores estomacales y cansancio, pero solo fue diagnosticada con depresión.