Más de 80 mil personas ya visitaron Tecnópolis
Los hitos científicos y tecnológicos nacionales y vivencias sensoriales imperdibles como la "Experiencia glaciar" en la Antártida convocaron ayer a decenas de miles de personas a Tecnópolis, un enorme predio en Villa Martelli que se recorre de forma fluida, gratuitamente.
La tarde de sábado soleado convocó masivamente a la muestra montada por Presidencia de la Nación, sin que se percibieran aglomeraciones de gente en los ingresos a la variedad de atractivos que incluyen entrar a un reactor nuclear o jugar con un robot que se comunica con los humanos.
Una comunicación con audio e imagen conectó al jefe de la base antártica Jubany, teniente coronel Luis Balocchi, con los paseantes de Tecnópolis, y la ansiedad del militar antártico por comunicarse con el mundo exterior permitió un prolongado diálogo en el que el público preguntó las curiosidades del Continente Blanco.
"¿Cuál es la rutina de trabajo en la base de estudios científicos? ¿Vuelven de la campaña más flacos o más gordos?", preguntó Télam.
"Todos los días hay que hacer agua (sic), y se come muy bien, con dos cocineros especializados", comenzó Balocchi.
El militar explicó que "hacer agua" consiste en sumergir un caño en dos lagunas de deshielo que rodean la Base Jubany y cuya superficie se congela.
"La temperatura de un día agradable como hoy oscila entre 10 grados bajo cero de día y 22 grados bajo cero de noche, por lo que tenemos que controlar los motores y el combustible que permiten calentar el sistema", relató.
Mariano Memolli, director nacional del Antártico y responsable del convocante pabellón, dijo a Télam que "esto es el contacto del pueblo con la ciencia y con la Antártida, una integración que esperamos siempre y para la cual sirve Tecnópolis".
"Es un trabajo de equipo muy grande que hizo posible este logro que se completa con el interés de la gente que viene en cantidad".
En la megamuestra, los ámbitos de ciencia y tecnología fueron divididos en los sectores Tierra, Fuego, Aire, Agua e Imaginación.
En el primero de ellos, se destaca una instalación de "plantas electro-orgánicas", donde en la medida que cada uno pasa sus manos por diversas plantas se genera un cambio en el ambiente, tanto en los colores como en movimientos del ícono del continente Tierra.
En el continente Fuego, se puede conocer todo el proceso de la energía nuclear e ingresar a un cubículo cuyo movimiento y vibraciones dan la sensación de descender al corazón de un reactor y presenciar el proceso de fisión del átomo.
En otro domo del mismo sector, un video tridimensional muestra los detalles del reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), un proyecto íntegramente argentino que suministrará energía a ciudades de cien mil habitantes.
En el continente Aire, el principal atractivo externo lo constituye la exposición de aviones históricos, como los Pulqui I y II, que están junto al también argentino Pucará.
Una caminata por las pasarelas del mirador del glaciar Perito Moreno, con rompimiento de sus gigantescas paredes sobre las agua heladas del Lago Argentino, es la experiencia más espectacular del sector Agua, que reporta al paseante salpicaduras con llovizna.
En el pabellón de la Imaginación, donde es posible jugar con un robot capaz de identificar rostros y conversar, hay una gigantesca biblioteca de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), con un sistema informático que ofrece juegos lumínicos, proyecciones y una ambientación sonora, para expresan el constante movimiento del mundo de las aparentemente estáticas bibliotecas.
"Queremos mostrar que las bibliotecas son mundos en movimiento permanente, que expresan épocas, actores, ideas, temas, géneros", afirmó María del Carmen Bianchi, presidenta de la CONABIP.
Las bibliotecas populares "son espacios participativos creados por cada comunidad y abiertos a ella, en los que habitan todos los mundos: los del arte, la ciencia, el deporte, los oficios, las distintas geografías e historias, lo real y lo imaginario", dijo.
También se puede ver un pequeño parque eólico con molinos de viento, una exposición del Tanque Argentino Mediano (TAM) en sus tres versiones u operar una maqueta de los Talleres Navales Dársena Norte, entre otras numerosas opciones, que requieren al menos de una jornada completa para disfrutarlas en su totalidad.
"Quienes visiten Tecnópolis del Bicentenario, y sobre todo si son chicos, van a vivir una experiencia lúdica y formativa increíble que promueve el Estado Nacional", reivindicó Bianchi.