Mineros en Chile: “están a siete edificios de 33 pisos de distancia adentro de la tierra”, detalló un experto en supervivencia
La Vuelta / Jorge Nieves advirtió que los hombres “corren peligro” y remarcó que en otros países las minas tienen dos entradas, no una. “Si tengo que dirigir ese rescate no les hablaría de 4 meses para concretar su rescate, pueden entrar en depresión”, señaló y recordó que los muchachos “están literalmente enterrados vivos”.
La espera del rescate de los 33 mineros en Chile cada vez es más dura. El experto en supervivencia Jorge Nieves dio detalles de las posibilidades de los hombres para llegar en buenas condiciones al final del encierro.
Llevan 18 días encerrados en la mina; el refugio está cargado de partículas que les daña la vista.
“La supervivencia es lograr sobrevivir en una situación de emergencia hasta ser rescatado o salir de tus propios medios de la dificultad”, explicó Nieves en La Vuelta, al relatar que eso “son muchos años de práctica y estudio”.
“El mayor desafío que enfrentan los mineros es que están a siete edificios de 33 pisos de distancia adentro de la tierra. Al ser una mina de oro y cobre, los rescatistas siguen la veta del metal”, aseguró el especialista en rescates.
“Imagino que las condiciones sanitarias son bastante caóticas. Les van a enviar lo que se denomina ‘alimento inteligente’ para no perder sus fuerzas ni su nivel de tonicidad”, precisó.
Nieves advirtió que “corren peligro de muerte. La mina tiene una sola entrada cuando los mejores países del norte tienen doble entrada. Si tengo que dirigir ese rescate no les hablaría de 4 meses para concretar su rescate, pueden entrar en depresión”.
Los 33 mineros chilenos “sufren la suspensión del ritmo circadiano. Cuando una persona no sabe cuándo es de día y cuándo es de noche es necesario hacer ejercicios mentales”, aseguró.
Nieves destacó que “seguramente allí ya hubo cierto nivel de liderazgo, eso es importante. El ambiente es completamente desfavorable y los muchachos entran a deprimirse. Ellos están literalmente enterrados vivos”.
“Siempre ocurre que los que son más chistosos también serán los primeros en entrar en depresión”, concluyó.