Este mediodía, familiares, allegados y personalidades de la cultura despidieron a María Elena Walsh en el Cementerio de la Chacarita.

Un sonoro aplauso, bravos y vítores fueron la despedida final para los restos de la genial música y escritora, que ingresaron al panteón de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) a las doce horas.

Tenía ochenta años y en los últimos meses había reducido al mínimo sus apariciones públicas debido a la enfermedad crónica contra la que luchaba desde hacía tres décadas.

Desde muy joven, se ganó el reconocimiento internacional por la creación de personajes infantiles como Manuelita la Tortuga y por decenas de canciones y cuentos.

Nacida en Buenos Aires en 1930, publicó su primer poema a los 15 años y su primer libro, “Otoño Imperdonable”, con 17.

Escribió más de 40 libros infantiles y compuso temas que fueron interpretados por algunos de los más populares cantantes iberoamericanos, como Mercedes Sosa o Joan Manuel Serrat.

En la década de los 50 se exilió en París con su compatriota Leda Valladares, con quien formó el dúo “Leda y María” y grabó el disco “Le Chant du Monde” (“El canto del mundo”).

Durante sus cuatro años en la capital francesa, comenzó a escribir poemas y cuentos para niños, un trabajo que la convirtió en una reconocida figura de las letras infantiles en América Latina.

Entre las décadas de 1960 y 1970 publicó el grueso de su producción infantil, como “El reino del revés” (1965), “Cuentopos de Gulubú” (1966) y “Versos tradicionales para cebollitas” (1967), “Pocopán” (1977), “Manuelita ¿a dónde vas?” (1997) y “Canciones para Mirar” (2000).