Todo está listo en la ciudad española de Pamplona para celebrar los Sanfermines, cuyo inicio marcará el tradicional "chupinazo" (lanzamiento de un artefacto pirotécnico). Se trata, entre otros números, de los encierros de toros que, cada año, suelen causar algún que otro herido y muchísimo despliegue mediático.

Por las estrechas calles del casco histórico de la ciudad, cientos de "mozos" correrán delante de seis astados en un tramo de unos 800 metros, los que separan los corrales de Santo Domingo del coso taurino donde las reses serán lidiadas horas después.

El Ayuntamiento ha programado en nueve días un total de 520 eventos, de los que 342 son musicales, 137 familiares y 33 taurinos. "Quien no conozca los Sanfermines y venga por primera vez se va a encontrar alegría y actos para todas las edades", señaló el alcalde Enrique Maya, quien recomendó, además del imprescindible encierro, vivir "el ambiente de la calle, el lugar donde van a conocer cómo es Pamplona y los pamploneses".

La ciudad del norte de España podría recibir hasta un millón de personas. Los estadounidenses figuran entre los extranjeros más asiduos, junto a los franceses, por su proximidad geográfica, aunque también acuden un gran número de británicos, italianos, alemanes y de países de Latinoamérica.

Todos ellos se ponen ropas tradicionales locales para participar de la tradicional fiesta, que arranca con el tradicional "chupinazo", un cohete que anuncia cada año el inicio de los Sanfermines, tras el cual los miles de congregados en la Plaza del Ayuntamiento bajo un manto de pañuelos rojos corearán el tradicional grito de "Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín".