Dos hombres oriundos de la ciudad santafesina de Rosario partieron este sábado desde el Monumento a la Bandera a bordo de un Fiat 600 modelo 64 rumbo a Alaska, en un viaje en el cual quieren despertar conciencia sobre el medio ambiente y promover la forestación.

Los rosarinos Juan Manuel Rizzatti y Santiago Uranga, salieron a las 9:30 del mencionado lugar y se llevaron una carga de bolitas arcillosas con semillas autóctonas para cada lugar, guitarras, cámaras fotográficas y otras destrezas.

"Es viajar a suerte y verdad, porque la gente no te conoce y, entonces, lo que uno demuestra es lo que los demás van a recibir", señalaron los hombres quienes tienen el sueño de conocer otras culturas, de ver amaneceres en desiertos y montañas y hacer realidad los desafíos personales.

Ambos se asumen como viajeros de travesías donde lo cotidiano se resuelve cada día, con equipajes ligeros y más intuición que mapas, pero la aventura que comenzaron tiene un inspirador, el biólogo y filósofo japonés Masanobu Fukuoka, quien impulsaba una agricultura natural.

Según publicó el diario La Capital de Rosario, tomaron la idea de las "bombas de arcillas", unas bolitas de barro de 1,5 centímetros en las que se insertan semillas autóctonas del lugar donde se esparcen y ser la misma naturaleza la encargada del resto, con la primera lluvia que desarmar el envoltorio y hará propicia la germinación.

Para lograr el objetivo, la primera escala será Chaco, donde cargarán semillas de algarrobo blanco y negro, ceibas y espina corona, entre otras especies que ser n las primeras bombitas arrojadas en el trayecto.

Según explicó Santiago, las bolitas las irán formando a medida que avanzan y para eso piensan recurrir en cada región geográfica a los organismos que les provea semillas autóctonas mientras que dijo que estas acciones quedarán registradas por un GPS para que los pobladores del lugar puedan ir siguiendo el curso de la siembra.

Después de Chaco, el Fiat 600, con dominio VLA 019, partir hacia la ciudad chilena de Jama donde los espera la soledad del desierto de Atacama y luego comenzarán a tallar los caminos hasta llegar a la ansiada meta que es Alaska: "Allí hay una posta internacional de todos los viajeros, llamada La Parada del Caballo Muerto", se ilusionaron.