El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, pronunció un crítico discurso en la apertura de la VI Conferencia de Jueces Federales. Los ejes del mensaje fueron seguridad, narcotráfico, seguridad jurídica, subsidios y libertad de expresión.
Lorenzetti recordó que en 2009 la Corte Suprema dictó el fallo Arriola, en el que fijó algunas pautas claras para entender el fenómeno. Si bien la sentencia protege la libertad de las personas en el hogar, "donde todos pueden actuar como quieren sin perjudicar a terceros", la Corte exhortó a los demás poderes del Estado a combatir el narcotráfico. "Y todavía estamos esperando políticas de Estado claras, coordinadas y concretas para que esto suceda", sentenció.
"La Corte dijo, además, que hay que hacer políticas de sanidad, políticas de disuasión del consumo en los sectores más vulnerables. Hay que trabajar sobre la demanda para que nuestros chicos tengan valores, principios y futuro. Para que los integremos en la sociedad y caigan menos en el flagelo", sentenció.
Lorenzetti aseguró que hay que tener cuidado al hablar de la despenalización o la no criminalización del consumo de drogas porque son temas muy difíciles que obligan a analizar el contexto. "Los mensajes del Estado a la población deben ser claros", declaró. Y ejemplificó: "Si el Estado le dice a un ciudadano que tiene prohibido fumar y después le dice que puede drogarse, suena un poco contradictorio".
"Una cuestión es trabajar sobre la integración más vulnerable. Educar, trabajar socialmente, que es lo que ha dicho la Corte. Y otra es ir apresuradamente por caminos que todavía no sabemos cuáles son sus consecuencias", completó.
El presidente de la Corte reconoció que uno de los temas principales en la agenda pública es la inseguridad. Dijo que es común escuchar a ciudadanos de todo el país hablar del tema. "Es una preocupación y nosotros tenemos que trabajar en solucionar los problemas", solicitó.
Lorenzetti dijo que la inseguridad es un problema complejo que incumbe a muchas cuestiones y no esquivó la discusión entre el garantismo y la denominada "mano dura". "Este debate es interesante, atractivo y debemos discutir todo el tiempo necesario, pero no es posible que nunca lleguemos a una solución", analizó.