A 10 años del accidente de LAPA: Enrique Piñeyro admite que “se vuela un poco más seguro”, pero critica las designaciones en Aerolíneas
Magdalena Tempranísimo / El director de cine y ex piloto ironizó que, después de Julio Alak, Mariano Recalde y Alejandro Granados, "la próxima dupla va a ser Mancuso-Maradona". Y se refirió a su nueva película, sobre el caso de abuso policial y desaparición en democracia del joven Luciano Arruga.
A once años de la denominada “tragedia de LAPA”, advierten que “nada cambió en cuanto al manejo político de las autoridades de las aerolíneas”.
Por Continental, Enrique Piñeyro recordó “todas las irregularidades que se cometieron durante la crisis de los radares”.
El director de cine y ex piloto criticó “que se designe a gente que no sabe de aviones al frente de Aerolíneas. Primero pusieron a (el ex intendente de La Plata, Julio) Alak, después al hijo de Recalde (Mariano, hijo de Héctor, diputado y abogado de la CGT) y ahora a Alejandro Granados, dueño de El Mangrullo. Si seguimos así, la próxima dupla va a ser Mancuso-Maradona”, ironizó.
En Magdalena Tempranísimo, admitió que se vuela “con un poco más de seguridad”, aunque “desaparecieron quince o veinte líneas. Hoy en día tenemos Lan y Austral, que tienen condiciones de seguridad aceptables”.
Pero insistió en que, “en términos de autoridad aeronáutica, lo que hizo el Gobierno durante la crisis de los radares no lo vi nunca. (El juez federal Norberto) Oyarbide sobreseyó a todo el mundo y la Cámara Federal le anuló todos los sobreseimientos. En ese sentido no pasó nada”.
“En el tema radares, hay aviones que ingresan por el norte con cualquier cosa como si fuera un colador”, añadió.
También se refirió a su nueva película, donde trata sobre otro caso de abuso policial contra los pobres (la desaparición de Luciano Arruga, un joven de diecisiete años de condición humilde de Lomas del Mirador que, según un testigo judicial de identidad reservada, fue molido a golpes hasta la muerte en una dependencia policial).
“Estamos volviendo a los tiempos donde un policía de civil te da la voz de alto y, si no, te tira”.
“Desapareció Luciano Arruga en una comisaría y está todo bien. Cuando desapareció Jorge Julio López, Scioli y la presidenta empapelaron la ciudad”, comparó, llamando la atención sobre la falta de atención periodística sobre hechos de violencia contra pobres, a diferencia de la repercusión que recibe el asesinato de personas de clase media o de determinados sectores políticos.