Alicia Castro: “Reino Unido intenta hacernos quedar del lado de la ilegalidad”
"Ellos están renunciando a una de las obligaciones consensuadas por la comunidad internacional, que convocó desde el año 1965 a negociaciones por la soberanía en las islas", subrayó la embajadora argentina en Gran Bretaña.
La embajadora en el Reino Unido, Alicia Castro, cuestionó la actitud de los británicos “que intentan hacernos quedar a nosotros del lado de la ilegalidad” con respecto a Malvinas, cuando es Inglaterra la que “está en falta. Ellos están renunciando a una de las obligaciones consensuadas por la comunidad internacional”, que convocó desde el año 1965 a negociaciones por la soberanía en las islas, aclaró.
“Es Inglaterra la que está ubicándose cada vez más del lado de la ilegalidad y la falta de apertura al diálogo; es lo que yo le pregunté el otro día al canciller (William) Hague en una conferencia sobre derechos humanos", sostuvo la representante argentina en Londres. "Revela que ya ahí Inglaterra está en falta, porque está renunciando a una de las obligaciones consensuadas por la comunidad internacional”, explicó la diplomática.
Castro reiteró que “llama la atención que haya un medio como Clarín que intentó ridicularizarme e hizo una ficción como que yo había interrumpido al canciller y que después había vuelto hablar y que no corresponde. Y yo hablé cuando el canciller me dio la palabra”.
Manifestó que “el Reino Unido no se sienta a negociar porque no tiene nada que decir, no tiene excusa para no negociar”, y lamentó que “aprovechando el aniversario los británicos intentan hacernos quedar a nosotros del lado de la ilegalidad”.
Consultada sobre la opinión pública inglesa con respecto a Malvinas, Castro afirmó que “no está unificada” y agregó que “Malvinas no es para los ingleses lo mismo que para los argentinos”, que “es una causa central que está en nuestros ADN. Para los británicos, que tienen a las islas a 14 mil kilómetros de distancia, obviamente (la cuestión Malvinas) está ubicada en otro lugar del imaginario inglés, tiene que ver más que nada con el orgullo. Este es un país sorprendentemente bélico. Para ellos la guerra ha sido una rutina”, explicó.