El comportamiento se había observado en cacatúas, loros e incluso en algunos tipos de urracas. Sin embargo, nunca antes se había documentado a los patos australianos imitar el habla humana. Un equipo de investigadores de Universidad de Leiden no sólo registró a la especie in fraganti repitiendo groserías, sino que tienen una explicación a su ‘lenguaje florido’. La clave está en sus vocalizaciones reproductivas.

El ejemplar en el que se basaron las pruebas fue Ripper, un pato australiano que no sólo dice groserías, sino que imita sonidos de puertas, aviones y otras palabras que dicen sus cuidadores en el laboratorio. Así como se muestra en el audio oficial de la investigación, él es capaz de vocalizar ‘pobre tonto’ y otros insultos segundos después de que los investigadores lo dicen.

Según el estudio realizado en los Países Bajos, el aprendizaje de Ripper es evidencia suficiente para demostrar que existe un registro vocal que los patos australianos almacenan en su cerebro. Específicamente en la especie, Biziura lobata, el comportamiento está asociado a sus vocalizaciones reproductivas.

«La adquisición de vocalizaciones aprendiéndolas de otros individuos solo se conoce de un número limitado de grupos de animales«, explican los etólogos Carel ten Cate y Peter Fullagar en un artículo para Proceedings of the Royal Society B. En el tiempo que Ripper fue criado en una reserva natural al suroeste de Australia, logró imitar claramente varios sonidos. Entre ellos, figuran insultos.