Insaurralde, el refuerzo más rendidor y menos esperado
El defensor central de 36 llegó a Independiente luego de una floja campaña en Colo-Colo que casi termina en descenso. Sin embargo, transformó y le dio solidez a la defensa del Rojo
A pesar del difícil momento económico por el que atraviesan la mayor parte de los clubes del mundo, potenciado en las instituciones locales, muchos equipos incorporaron refuerzos importantes.
En muchos casos, a partir de una fuerte inversión actual o futura en el pase o el contrato del futbolista en cuestión: Agustín Palavecino y José Paradela en River, Marcos Rojo, libre, en Boca, Aníbal Moreno y Tomás Chancalay en Racing, Lucas Melano y Yeison Gordillo en San Lorenzo, entre tantos casos.
La llegada de Juan Manuel Insaurralde a Independiente, a su 36 años, en condición de libre y tras un paso por Colo-Colo en el que al equipo le fue muy mal y él no se destacó especialmente, no ilusionaba demasiado a los hinchas de Independiente. Sobretodo, dado que si bien cumplía con las características buscadas por Julio Cesar Falcioni, no había sido su primera opción.
El experimentado entrenador pujaba, por ejemplo, por Cristian Lema, que terminó en Newell´s. Sin embargo, el ex defensor de Boca es el jugador más regular del Rojo desde su llegada. El equipo de Avellaneda perdió un solo partido en el torneo: el primero ante Lanús, cuando el “Chaco” todavía no había llegado.
En su debut, la fecha siguiente, convirtió el tanto del triunfo para comenzar la levantada, frente a Patronato. Y en la tercera jornada, volvió a aportar en ataque contra Gimnasia, con un cabezazo que pegó en el palo y recorrió la línea hasta que Silvio Romero sopló la pelota para que ingrese.
En defensa el cambio fue notable. Su llegada significó solidez y seguridad. En el primer encuentro, el conjunto de Avellaneda había probado con su ahora habitual línea de cinco defensores, y no había conseguido más que amontonar jugadores en el área y aún así sufrir en la marca.
En conclusión, el ex hombre del Spartak de Moscú generó que por primera vez en mucho tiempo, Independiente fuera riesgoso en la pelota parada en ataque, y en defensa no solo cumplió y potenció a sus compañeros, sino que hasta se animó cada vez más a ser una opción de salida razonable.
Al equipo de Falcioni le convierten mucho por arriba. Tres de los cuatro goles que le hicieron fueron de pelota parada y los cuatro, de cabeza. A pesar de la fortaleza de Insaurralde en ese aspecto, y su altura (1,88), eso es algo que el equipo no pudo resolver a partir de un solo jugador. Ninguno de los centrales que lo han acompañado tienen al cabezazo como principal virtud. Sergio Barreto no suele fallar, pero tanto Alan Franco como Ayrton Costa tienen en ese aspecto su déficit más marcado.
La salida, de Franco, a propósito, en medio de un torneo en el que el equipo pelea los primeros puestos, significó un cambio de posición para Insaurralde, que pasó de jugar como defensor por izquierda a ser el líbero. Y lo hizo de muy buena manera en el encuentro frente a Boca.
Debe controlar su carácter, porque el pisotón a Sebastián Villa pudo cambiar el rumbo del encuentro, pero posicionalmente no sufrió en lo más mínimo. Independiente es el equipo grande con más puntos en el campeonato y uno de los únicos dos que se encuentra en zona de clasificación a la próxima fase.
Quizás, el otro refuerzo que tuvo un impacto de similar relevancia para su equipo fue Enzo Copetti en Racing. También llegó, se adueñó del puesto y se transformó en una pieza esencial del equipo, algo que por su rendimiento en Atlético de Rafaela era previsible. Pero Racing aún debe comprarlo, ya que llegó a préstamo por 100 mil dólares con una opción de compra de 1,5 millones. El “Chaco”, en cambio, tiene contrato con el Rojo hasta fines de 2021, pero el club tiene la potestad de extenderlo por un año más.