¿Cristina o Timerman?
En un mismo día el gobierno nacional exhibió dos posturas antagónicas respecto de Mauricio Macri. ¿Cuál será la actitud más genuina?¿La de la presidenta Cristina Fernández que hizo un llamado al diálogo y a la articulación entre la policía federal y la metropolitana o las agresivas acusaciones sin fundamento que el canciller Héctor Timerman hizo sobre la participación de los policías de la ciudad en un curso financiado por los Estados Unidos donde, dijo, se los capacitaba para la tortura y los golpes de estado?
En un mismo día el gobierno nacional exhibió dos posturas antagónicas respecto de Mauricio Macri. ¿Cuál será la actitud más genuina?¿La de la presidenta Cristina Fernández que hizo un llamado al diálogo y a la articulación entre la policía federal y la metropolitana o las agresivas acusaciones sin fundamento que el canciller Héctor Timerman hizo sobre la participación de los policías de la ciudad en un curso financiado por los Estados Unidos donde, dijo, se los capacitaba para la tortura y los golpes de estado? ¿A quien hay que creerle? ¿A la jefa de estado que planteó una valiente diferenciación entre Macri y la dictadura o al ministro que hizo un delirante viaje por el túnel del tiempo y asoció los actuales estudios policiales con la tenebrosa y tristemente célebre Escuela de las Américas donde hace 30 años si se adiestraba a generales para derrocar presidentes democráticos? Hay algo que no cierra.
Da toda la sensación de que la presidenta tomó la correcta decisión de bajar el tono de los enfrentamientos. De fomentar que el debate público y las protestas tengan carriles mas pacíficos y menos anárquicos.
En pocas horas la presidenta llamó a la responsabilidad a los dirigentes gremiales que apelaban a mecanismos de protestas ilegales o extremos, convocó al gobierno de la ciudad para acordar políticas de estado empezando por el combate conjunto a la inseguridad e hizo callar a su propia juventud militante, algo nada fácil que debe valorarse, cuando entonaron el clásico: “Macri/ basura/ vos sos la dictadura/”.
Fue un momento muy especial. Cuando los bombos se silenciaron ella explicó que no había que faltarle el respeto a quienes habían padecido de verdad una dictadura. Explicó que la situación que se vive ahora es de plena democracia y que es un despropósito comparar cualquier cosa, incluso las políticas de derecha, con el genocidio que produjo el terrorismo de estado en nuestro país. Es una confusión conceptual.
La palabra dictadura en cualquier país pero especialmente en el nuestro tiene el contenido horroroso que le dio una maquinaria sistemática que desde el estado se dedicó a secuestrar, torturar, perseguir y asesinar. Eso está a años luz de cualquier postura por mas reaccionaria o liberal que sea de un político elegido democráticamente. Si uno empieza por ser preciso con las palabras tal vez tenga comportamientos mas acertados.
Este reto para la militancia kirchnerista es un sayo que también le cabe a muchos dirigentes opositores que suelen utilizar metáforas brutales para criticar al gobierno. Se puede decir que los Kirchner tienen actitudes autoritarias o intolerantes pero de ninguna manera se puede utilizar el término dictadura como han hecho algunos. Ordenar y elevar el debate va a mejorar la calidad de la democracia. Sin embargo Héctor Timerman apareció como si perteneciera a otro gobierno o como si se expresara con una liviandad que no corresponde a la investidura de canciller.
Su torpeza fue tan grande que en dos párrafos quiso ofender al macrismo pero ofendió al gobierno hermano de Brasil, por ejemplo que también tienen policías entrenándose en El Salvador y a varias otras policías como la bonaerense y la federal que manejan Daniel Scioli y Nilda Garré e incluso al gobierno de Barack Obama del que cuesta creer que fomente la tortura y los golpes de estado. La incontinencia verbal suele ser una trampa para cualquier ser humanos. Para un canciller mucho más. Mas que nadie es dueño de sus silencios pero queda preso de sus palabras.
Macri, dictadura, basura