El juez equilibrista
El doctor Norberto Mario Oyarbide se convirtió en el gran personaje político de la semana. Sus decisiones como juez generaron hechos de alto impacto en el mundo del poder sindical y partidario. En pocas horas procesó doblemente al recaudador de la campaña de Cristina y mano derecha de Alberto Fernández y metió preso al gremialista más cercano a Eduardo Duhalde.
El doctor Norberto Mario Oyarbide se convirtió en el gran personaje político de la semana. Sus decisiones como juez generaron hechos de alto impacto en el mundo del poder sindical y partidario. En pocas horas procesó doblemente al recaudador de la campaña de Cristina y mano derecha de Alberto Fernández y metió preso al gremialista más cercano a Eduardo Duhalde.
Como si esto fuera poco ordenó la captura de Rubén Romano ex gerenciador del PAMI que comenzó su carrera de millonario en el menemismo y pasó por todos los gobiernos hasta que llegó Graciela Ocaña y, como el comandante, mandó a parar. Oyarbide, con su obsesiva elegancia de anillos y relojes, la prolijidad de sus coloridos moños, su militancia en los saunas y los placeres de la vida regada en champagne se ha convertido en un personaje del mundo de la ley. Se lo puede encontrar en un ring side mirando los mamporros que se intercambian los boxeadores, en el escenario acompañando al Chaqueño Palavecino o en la celebración de la Virgen y el Señor de los Milagros en Salta donde viaje religiosamente todos los años.
En esa provincia, mas precisamente en la localidad de Guachipas vive la madre del magistrado que procesó a Mauricio Macri por las escuchas, a Ricardo Jaime por convertirse en un aloe vera que cada día tiene mas propiedades y que maneja las causas mas calientes y polémicas. El peor momento de la vida del juez fue hace 13 años cuando en una repudiable invasión a su intimidad se exhibió por televisión su imagen en la cama dentro del prostíbulo masculino Spartacus. Fue terrible porque algunos lo cuestionaron y discriminaron por su elección sexual que por supuesto no implica delito alguno. Pero si se le cuestionó que un juez de la Nación que había sido profesor de la Policía Federal fuerza con la que todavía mantiene inmejorables relaciones haya estado en un lugar prohibido y tolerado por las fuerzas del orden que miraban para otro lado a cambio de algunos miles de favores llamados coimas.
Otro momento estelar del juez fue cuando cerró a la velocidad del sonido la causa que investigaba en fuerte incremento del patrimonio del matrimonio presidencial. Enseguida el intento de un juicio político estuvo a punto de terminar con su carrera de alto perfil. Pero el kirchnerismo en general y la diputada Diana Conti en particular batallaron incansablemente y lo salvaron.
Por eso muchos opositores aseguran que el juez tiene una gratitud eterna hacia el oficialismo. Ayer Duhalde lo acusó de dejarse apretar por el gobierno que tal vez tenga cosas que a el no le interese mostrar. O que está persiguiendo políticamente a Gerónimo Venegas. Más todavía, Duhalde dijo que todos los opositores viven en libertad condicional. Gravísimo. Y de paso anunció que están estudiando iniciarle un juicio político para destituirlo. Otro mas y van… Lo cierto es que Oyarbide encarceló también al jefe de la bancaria, Juan José Zanola que estaba cerca del kirchnerismo y que fue a fondo con Capaccioli y Jaime, por ejemplo. Sus abogados defensores dicen que eso habla de su imparcialidad y de que no mira por debajo de la venda.
Pero sus acusadores dicen que eso solo demuestra la muñeca política del juez federal, su astucia para moverse entre las arenas movedizas y que por eso lo bautizaron “el equilibrista”. Dicen que es experto en leyes pero la que mas conoce es la ley de las compensaciones. Lo importante es que la justicia castigue a los delincuentes con la verdad en la mano y no se fije en camisetas partidarias. Hay un lugar común que dice una verdad gigante: cuando la política entra por la puerta de los tribunales, la justicia sale por la ventana. Y está todo dicho.
Oyarbide, Venegas, Capaccioli