Le pido que escuche esta declaración: “Si la presidenta piensa que la clase media es una suerte de pequeña oligarquía que no quiere a los negros que trabajan tiene una suerte de desorden conceptual para entender lo que está pasando”. ¿Quién dijo esto? ¿Un golpista de ultraderecha? ¿Un trotskista que proclama la revolución permanente? De ninguna manera. Esto lo dijo Alberto Fernández, integrante de la Línea Fundadora del kirchnerismo y hasta hace un par de años el hombre de máxima confianza del matrimonio presidencial. Es más, Alberto Fernández ha dicho que por ahora está decidido a votar a los Kirchner en el 2011. Por lo tanto no se lo puede considerar ni siquiera opositor pese a que Néstor pero sobre todo Cristina lo ven como un traidor a secas. Todo esto porque la presidenta anoche en su discurso en el Luna Park ante la Jotapé transformada en Jotaká criticó a la clase media por ser volátil y porque” muchas veces no entiende y cree que separándose de los laburantes y de los morochos les va a ir mejor”. Aquí surgen por lo menos dos grandes preguntas. ¿Por que la clase media antes votó y simpatizó por los Kirchner y parece que ahora no? La presidenta Cristina Fernández se incluyó en esa clase media profesional. ¿El matrimonio presidencial integra ese segmento de la sociedad?

Cuando Néstor Kirchner dejó la presidencia tenía más del 70% de imagen positiva. ¿En esa época la clase media simpatizaba con los morocho laburantes o no? Las clases medias rurales en Córdoba, por ejemplo, votaron masivamente por Cristina en el 2007. ¿Qué pasó? ¿Por qué perdieron tantas simpatías? ¿Cómo es posible que ahora pese al importante crecimiento económico en el mejor de los escenarios los Kirchner llegan al 35% de la intención de votos? ¿La clase media cambió sus valores o los Kirchner empezaron a mostrar una cara y una actitud que fue desilusionando a mucha gente y a muchos dirigentes que se alejaron de ese proyecto político? La segunda pregunta tiene una respuesta más cruel.

Los Kirchner no encajan en ninguna de las definiciones de clase media que conozco. Ni en la de Max Weber ni en los parámetros del C1 de la clase media alta del nivel socioeconómico que utilizan encuestadores o los que trabajan en marketing. Las variables a las que se apela para definir a la clase media son múltiples y tienen que ver con formación educativa o valores culturales pero sobre todo con los ingresos y el patrimonio. Y los Kirchner están muy lejos de integrar la clase media alta. Son más que clase alta. Tienen 55 millones y medio de pesos declarados. Durante el ejercicio de la presidencia de ambos su patrimonio aumentó el 710%. ¿Escuchó bien? Mientras Néstor y Cristina fueron presidentes los Kirchner pasaron de declarar casi 7 millones de pesos en el 2003 a los 55 millones y medio que juraron tener ahora. Eso en todos los diccionarios y en todas las voces de la calle se define como elite económica. O gente pudiente si quieren apelar a algún eufemismo acartonado. La mayoría de la gente les llama millonarios. Cuando uno le pregunta a cualquier argentino a que clase pertenece la inmensa mayoría dice que a la clase media. A los pobres les da cierto pudor confesar sus necesidades básica insatisfechas y a los ricos les da cierta culpa confesar que viven como reyes. Por eso casi todos mienten y dicen:”yo soy de clase media”. Otra vez aparece ese desorden conceptual del que hablaba Alberto Fernández.

Los Kirchner se construyen a si mismos con la imagen que les gusta y muestran lo que quieren ser y no lo que realmente son. Se exhiben como combatientes revolucionarios y defensores de los derechos humanos durante la dictadura cosa que no es cierta. Y ahora se autodefinen como clase media. Si con 55,5 millones se consideran clase de media no se como califican al profesional o al comerciante que tiene un auto, casa propia y que de vez en cuando se puede dar el lujo de las vacaciones o de tener un plasma en su living. La clase media es un fenómeno sociológico muy complejo que no admite simplificaciones y que no le gusta arrodillarse ante nadie. Con todo respeto, creo que los Kirchner tienen ahora la gran oportunidad de revisar un poco su pensamiento y dejar de poner las culpas de los errores siempre afuera. Es verdad que hay gente que no los quiere. Pero también es cierto que hay muchas cosas que hacen ellos para que no se los quiera.
Weber, Cristina, Alberto