El fuego del avión F-31 incendiándose sobre el aeropuerto de Medellín hace 70 años apagaba la vida de Carlos Gardel, el mayor cantor de tango de la historia. Y, al mismo tiempo, abría la puerta del mito argentino que hoy, siete décadas después, aún perdura en la memoria popular. La figura carismática de la estrella de la canción del Río de la Plata estaba en su máximo esplendor cuando el accidente aéreo acabó con su vida a los 45 años, pero eso no impidió que sus discos, sus películas y su magnetismo como artista lo mantuviera vivo varias generaciones después.


Hoy, a 70 años de su muerte, el popular Gardel será recordado a través de distintos actos en varias ciudades del mundo, incluyendo Tucumán. Gardel, como todo mito de la cultura popular, tiene varios secretos. La polémica sobre si era francés o uruguayo queda sostenida por la historia oficial de su partida de nacimiento emitida en Tacuarembó, Uruguay, donde se testimonia su nacimiento en esa localidad oriental el 11 de diciembre de 1887.


Ese fue un hecho que intentó tapar la verdad, pero Gardel nació el 11 de diciembre de 1890 en Tolousse, Francia, como hijo de Berthe Gardes y un hombre casado que nunca lo reconoció como su hijo. Tres años después llegó a Buenos Aires, junto a su madre, para instalarse en el corazón de barrio del Abasto. 


La explicación a la documentación falsa se debió a que de esa forma "El zorzal criollo" evitó a los 24 años, en 1914, ser llamado para alistarse en las filas del ejército francés que participaba en la Primera Guerra Mundial. En 1911 ya era conocido como "El morocho del Abasto" y con una figura diferente a sus últimos años, llegó a pesar 118 kilos, Gardel conoció al guitarrista José Razzano, con quien decidió formar un dúo que le daría sus primeros pasos de reconocimiento.


El momento cumbre del dúo fue en 1913 cuando debutaron en el cabaret "Armenonville" junto a Roberto Firpo y Eduardo Arolas para luego saltar al Teatro Nacional e integrar la compañía de Ducasse-Alippi, junto a otras figuras como Lola Membrives y Angelina Papano. Fueron esos años del dúo donde en una de la giras por el interior del país tras un típico altercado por mujeres, Gardel recibió una herida de bala a quemarropa en su pulmón izquierdo, un proyectil que lo tuvo en su cuerpo hasta su muerte y obligó a realizar un paréntesis en sus actuaciones. También comenzó su devoción, además de las mujeres, por dos pasiones que sellaron también su vida: la carrera de caballos y su simpatía por el Racing. "Era gordo y peinado con raya al medio", lo recuerda Nelly Omar, una cantante de tangos que a los 93 años acaba de llenar el Luna Park y que conoció a Gardel en 1918.