Hay una pregunta que en política vale un millón. Es por lejos la pregunta que mas se hace todo el mundo. Dice así: ¿puede ganar Cristina el año que viene? ¿Puede ser releecta? Hay una respuesta a secas y otra que se pone en contexto y obliga a hacer algunas reflexiones. El dato duro y puro ya se lo dije y es que si las elecciones fueran este domingo, la presidenta ganaría en primera vuelta. Pero esa es una fotografía. Hay que analizar otras informaciones para tener todos los elementos. Escuche esta situación tan particular que vale la pena: nunca nadie cayó tan bajo en tan poco tiempo y nunca nadie se recuperó en forma tan rápida y espectacular como Cristina Fernández de Kirchner. El inédito desempeño de la presidenta en las encuestas de imagen contiene una carga espasmódica entre los picos de 57% y los pozos de 20% de aceptación que ameritan un análisis exhaustivo. Para eso conviene quitar la hojarasca y reducirlo a su mínima expresión:

1) Es imposible que gane en el 2011. Tenía solamente el 20% de imagen positiva en octubre del 2009.

2) No es imposible que gane. Tenía 30% en abril de este año. Se quebró esa idea de que su gobierno “había entrado en un ocaso irreversible”. Pero todavía 7 de cada 10 argentinos decían que votarían en contra de los Kirchner en segunda vuelta.

3) Es posible que gane. En julio trepó al 37% de aceptación y eso la dejaba a 3 puntos de ganar en primera vuelta si lograba una diferencia de 10 con el segundo. Estaba cosechando simpatías por el vigoroso crecimiento económico, el estallido del consumo, la ley mas progresista de la era K que fue la asignación para hijos de desocupados y trabajadores en negro y el impulso optimista que recibió con los festejos del Bicentenario.

4) Es imposible que no gane. Hoy, un mes después del fallecimiento de Néstor Kirchner el apoyo a la presidenta es del 57% con lo que vuelve al origen porque es el mismo porcentaje que ostentaba en 2007 inmediatamente después de su triunfo electoral.

La contundencia de los números despojados muestra la columna vertebral del mejor momento político de Cristina que coincide con su peor situación personal y con el nivel mas bajo de expectativa y cohesión de los distintos partidos opositores. ¿Esto asegura que Cristina Fernández será reelecta y entrará en la historia por lograr un tercer período de gobierno consecutivo del mismo apellido y proyecto? De ninguna manera. En estas pruebas de clasificación, Cristina, es quien claramente logró la pole position pero todavía no se sabe si está dispuesta participar y que otros pilotos van a competir. Faltan 10 meses y como decía Fangio, “carreras son carreras”.

Ese vaso medio lleno de las encuestas para el oficialismo tiene su contracara. Algunos asesores de la oposición no desesperan y confían en revertir esta realidad apostando a ciertas fichas claves. La primera tiene que ver con la primera verdad que contienen las cifras: la presidenta bajó 37 puntos desde su consagración en la fórmula con Cobos hasta el último trimestre del año pasado. La valija corrupta de Antonini, la paliza que recibió del campo y la tozuda actitud confrontativa de Néstor Kirchner lograron esa caída libre solo registrada por Fernando de la Rúa que nunca la pudo detener y debió huir del gobierno. Los que trabajan con fórmulas aritméticas y estadísticas tienen una máxima de sentido común que dice así: si pasó una vez puede volver a pasar. Creen que es factible que Cristina vuelva a derrumbarse del 57 al 20% de respaldo. Debería tropezar nuevamente con la misma piedra

.Nadie puede asegurar que esto ocurra. Pero tampoco lo contrario. La política no es una ciencia exacta. Suele reflejar los humores, las demandas y las preocupaciones de la gente. Y esa verdad solo la conoceremos en octubre del año que viene. Abra que descubirla porque estará encerrada en miles de urnas.

Kirchner, encuestas, elecciones