De visita en Sarajevo, el Papa volvió a denunciar un "clima de guerra" en el mundo
Lo hizo en una multitudinaria misa en la capital bosnia, que tuvo como objetivo promover la convivencia pacífica entre serbios, croatas y musulmanes.
El papa Francisco volvió a denunciar esta mañana el "clima de guerra" reinante en el mundo, en una misa celebrada ante más de 65 mil fieles en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, y que estuvo centrada en promover la paz y la coexistencia entre serbios, croatas y musulmanes.
El Pontífice dijo sentir un "clima de guerra" en el mundo, fomentado "deliberadamente" por quienes "buscan la confrontación entre las distintas culturas y civilizaciones".
En ese contexto, el Papa consideró que "Sarajevo y Bosnia tienen un significado especial para Europa y para el mundo entero".
"Hacer la paz es un trabajo artesanal: requiere pasión, paciencia, experiencia, tesón. Hacer la paz es un trabajo que se realiza cada día, paso a paso, sin cansarse jamás", recordó a miles de fieles.
La coexistencia de tres comunidades de confesiones diferentes "muestra el mundo entero que la colaboración entre distintas etnias y religiones para el bien común es posible", señaló en su primer discurso de la jornada.
Pero particularmente aquí, en Bosnia, hay que hacer más, añadió dirigiéndose al presidente bosnio en ejercicio, Mladen Ivanic. Este último es el representante serbio en el seno de la presidencia tripartita (serbia, croata, musulmana) del país. La igualdad de todos los ciudadanos ante la ley es "indispensable", afirmó.
Ivanic, por su parte, aseguró que las autoridades pluriétnicas bosnias están "dispuestas a trabajar para la reducción de los nacionalismos" y pidió un "apoyo total" del pontífice a la adhesión de Bosnia y otros países de los Balcanes a la Unión Europea.
Bosnia es "parte integrante de Europa", respondió el Papa, llamando a la comunidad internacional y a la UE en particular, a ayudar a estos países. Esta colaboración es "fundamental", subrayó.
Francisco se trasladó a continuación al estadio olímpico en su papamóvil, descubierto, saludando a los fieles y besando a los niños que le tendían, como acostumbra a hacer durante sus desplazamientos.
"Estoy aquí porque deseo que la paz reine en el mundo entero y que las guerras y el odio cesen", afirmó Branimir Vujca, un médico de 50 años de Kiseljac (centro), presente en el estadio con su esposa y sus tres hijos adolescentes.
La guerra de Bosnia (1992-1995) dejó cerca de 100.000 muertos y más de dos millones de refugiados y desplazados, más de la mitad de la población del país.