"Déjenme decirlo de la manera más clara posible: el problema de las drogas no se resuelve con drogas", dijo el papa Francisco al condenar este viernes la legalización de la marihuana para uso recreacional. Fijó así su punto de vista en medio del debate que se instala en varios países, como en los Estados Unidos y Uruguay, donde ya está permitido su uso y comercialización para consumo personal.
 
 
Las palabras del sumo pontífice fueron dichas ante participantes de una conferencia sobre drogas que se realiza en Roma. Allí, Francisco advirtió que incluso los usos limitados para legalizar este tipo de estupefaciente "no sólo son altamente cuestionables desde un punto de vista legislativo, sino que tampoco producen los efectos deseados".

 
No es la primera vez que Jorge Bergoglio enfrenta la política blanda con relación al consumo y comercialización de la droga. Es frecuente oír sus discursos cuestionando el rol de los estados en sus políticas públicas. Una de sus tantas actividades peregrinas consiste, además, en visitar diversos centros de atención a los adictos, actividad que repite desde sus días de obispo de Buenos Aires, en su Argentina natal.
 
 

Durante su visita a Brasil en enero último, en la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco manifestó: "No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química".
 
 
Previamente, había aprovechado las visitas de las organizaciones que se dedican a recuperar adictos para resaltar su postura sobre el tema de las drogas: "Y esto hará bien decirlo a todos. Simplemente decir no a cualquier tipo de droga", invitó el Papa a los fieles a decirlo "fuerte", señaló en mayo durante un encuentro con la Comunidad de San Patrignano.