Francisco nombró cardenal a Mario Aurelio Poli, su sucesor en Buenos Aires
El Papa proclamó 19 cardenales; el papa emérito, Benedicto XVI, asistió por primera vez a una ceremonia presidida por su sucesor
En una ceremonia solemne en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, y ante la presencia del papa emérito, Benedicto XVI, Francisco creó hoy 19 nuevos cardenales, quienes se destacan por ser en su mayoría del sur y de la periferia del mundo.
Tras una homilía y lectura del Evangelio, pasaron a formar parte del Colegio Cardenalicio Mario Aurelio Poli, el sucesor de Francisco en Buenos Aires; el arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati Andrello; el de Río de Janeiro, Orani João Tempesta, y el de Managua (Nicaragua), Leopol Brenes Solorzano.
En una señal de la Iglesia "pobre para los pobres" que busca Francisco, Haití, uno de los países más golpeados por el hambre y la miseria del planeta, tiene por primera vez un cardenal: Chibly Langlois, obispo de Les Cayes.
"Queremos expresar nuestra cercanía espiritual a las comunidades eclesiales y a todos los cristianos que sufren discriminación y persecución'', sostuvo el pontífice al dirigirse a los nuevos cardenales.
"La Iglesia también necesita de nosotros para que seamos hombres de paz y construyamos la paz con nuestra obras, nuestros deseos, nuestras oraciones; por ello imploramos la paz y la reconciliación de los pueblos que en estos tiempos sufren la prueba de la violencia y de la guerra'', manifestó.
Los cardenales se arrodillaron ante Francisco, quien les impuso el birrete rojo en sus cabezas mientras pronunciaba las tradicionales palabras destinadas al nombramiento de nuevos purpurados.
"[Esto es] rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana'', proclamó.
A continuación les entregó el anillo cardenalicio, "signo de esa dignidad, de solicitud pastoral y de más sólida unión con la sede del apóstol San Pedro''.