Se viene la justicia militante. El más feroz intento de cristinizar el Poder Judicial. Los partidos opositores, en bloque decidieron no ser cómplices y rechazaron la invitación al aplausómetro. La mayoría piensa que:“Lo único que le interesa a Cristina es tener los dos tercios del Consejo de la Magistratura para castigar y premiar jueces, para nombrarlos o para destituirlos, una manera de garantizar la impunidad de las mafias corruptas del estado”.

Ayer, en primera fila, muy cerca de Horacio Verbitsky estaba la Procuradora General de la Nación, la doctora Alejandra Gils Carbó, el motor principal de estos proyectos que en su momento, dijo que la justicia es, entre otras cosas, “autoritaria, ilegítima y oscurantista”. Después agregó que hay un “lobby oscuro que mueve los hilos de la magistratura, con su matriz corporativa de feudos y padrinazgos”. Pregunto: ¿A que justicia se refieren? A la del doctor Norberto Oyarbide que es un experto en proteger funcionarios del poder? El caso emblemático es el del propio matrimonio Kirchner que se enriqueció a la velocidad de la luz pero para el juez fue todo absolutamente legal. Claro, hablamos de dos abogados exitosos devenidos en millonarios.

Otra pregunta. ¿Cuándo se dio cuenta la presidenta que había que democratizar la justicia? ¿Cuando fallaron a favor de Clarín y la Sociedad Rural? Justo este gobierno que en un claro conflicto de poderes desobedece fallos de la Corte Suprema como en el tema de la publicidad oficial a la editorial Perfil o en el caso del procurador de Santa Cruz, Eduardo Sosa al que fusilaron profesionalmente y lo dejaron congelado de por vida ¿Quién quiere llevar independencia y equidad a la justicia? ¿Juan Manuel Abal Medina que dijo que era una cámara de mierda la que no había actuado como el gobierno quería? ¿Eso es lo que entienden por democratizar? Someter a los jueces y fiscales para que sean un instrumento más del poder de la Presidenta. Todo indica que el “Vamos por todo”, fue un aviso que se está cumpliendo a rajatabla. No sienten ni vergüenza a la hora de llevarse por delante las instituciones. Son prepotentes y autoritarios que se disfrazan de democratizadores. Hay que reconocer que el primer paso que dieron allá lejos y hace tiempo fue positivo para construir la mejor Corte Suprema de la democracia recuperada.
 
Pero a partir de allí se puso en marcha un plan sistemático para colonizar la justicia. Para ponerle camiseta partidaria. La reforma del Consejo de la Magistratura, el uso y abuso de los jueces subrogantes, el bloqueo a la ley de acceso a la información publica. La expulsión humillante de Esteban Righi. La sucesión de amenazas de tomar los tribunales de Hebe Bonafini y sus insultos a los jueces. El premio a los jueces que encubren a kirchneristas y operan contra los opositores. Y como siempre, el gobierno utiliza un discurso que va para un lado y en la realidad va para el otro. Levantaron la bandera de la lucha contra los monopolios y por la diversidad informativa y en la práctica armaron un amigopolio y acosaron la libertad de prensa como nunca antes desde 1983. Dicen que quieren verdad y justicia en el atentado a la AMIA y todo es una farsa para justificar el viraje ideológico de Cristina rumbo a la jefatura del bloque bolivariano y la relación con Ahmadinejad.

Ahora proponen democratizar y es cierto que hay mucho que cambiar y mejorar en la justicia. Hay varias ideas muy buenas. Por ejemplo que todos los poderes presenten sus declaraciones juradas. Eso ayudará a la transparencia. O que no puedan ingresar a la justicia los funcionarios de la última dictadura militar. No se dice que pasaría en los casos de Eugenio Zaffaroni o Alicia Kirchner ya que lo fueron. Pero no son ellos precisamente los que tienen las mejores intenciones.

Una vez mas, el objetivo hegemónico es controlar la justicia para hacer lo que se les venga en gana. Romper todos los controles constitucionales. Quebrar a la Corte Suprema en general y a Ricardo Lorenzetti en particular. No se puede convertir a Comodoro Py en una Unidad Básica. Es una locura antidemocrática transformar a los jueces y a los fiscales en militantes. Hay que alertar que este camino nos conduce a una democradura. Porque no pretenden democratizar la justicia. El objetivo es cristinizar la justicia. Y eso es sumamente peligroso. El unicato, el cristinato es la reducción de una democracia republicana a una sola persona. No se puede permitir que la reina Cristina construya una monarquía. O que destruya la división de poderes. Para que la política no se meta en los tribunales. Para que la justicia no huya por la ventana.