Creo en el debate de ideas. Creo que esa esgrima de pensamiento es absolutamente enriquecedora para mejorar la calidad de la democracia y de las instituciones republicanas. Dudo, sospecho, me inspiran desconfianza los hombres providenciales y los que se creen dueños de la verdad y el discurso único. La sociedad democrática es la dinámica de la diversidad, ese arco iris que nos permite articular el pensamiento de cada uno de nosotros, para convertirlo en un producto colectivo de la cultura política. Creo profundamente en esa manera de construcción.

Lejos del individualismo y de las grandes estrellas. Messi vale oro pero sin equipo no va a ningún lado. Confío en que muchas miradas honradas, con vocación de servicio y con la ética de la responsabilidad y la solidaridad van a parir mejores partidos políticos y una vida mejor para los ciudadanos. Escuchar y enriquecerse con el pensamiento del otro, rebatirlo, discutir fuerte y con pasión si es necesario, defender las convicciones y luego llevarlas en forma reparadora y transformadora a la sociedad es la mejor política que nos podemos conseguir. A eso tenemos que apuntar.

Por eso estoy contento con el primer paso que vamos a dar esta noche en mi programa del canal 26. Hoy van a debatir civilizada y democráticamente los candidatos a vice jefe de los tres partidos que según todas las encuestas están más cerca de ocupar el podio. S van a cruzar con astucia, inteligencia, picardía e incluso con alguna chicana dirigentes de la talla de la ministra María Eugenia Vidal, compañera de fórmula de Mauricio Macri, el ministro Carlos Tomada que integra el binomio con Daniel Filmus y el diputado de la ciudad Jorge Selser que participa de la fórmula con Pino Solanas. Por ahora este es el único debate que se pudo armar por televisión. Si logramos dos puntos de rating, cosa que no es nada difícil porque hemos hecho mejores números que esos, los candidatos llegarán a 160 mil personas en una hora y media con sus propuestas.

Digo que por ahora es el único debate que se pudo armar porque confío en que después los mismos protagonistas debatan en otros programas. O Macri, Filmus y Pino vean lo que va a pasar esta noche y decidan venir el martes que viene a debatir de la misma manera. Estoy orgullo del debate de esta noche. No por un tema de vanidad personal o profesional. Porque creo que del sano intercambio de ideas salen las mejores medidas de gobierno.

Y porque creo que los que viven, sufren, gozan y votan en esta ciudad se merecen conocer que van a hacer estos dirigentes si llegan al poder. Vamos a escuchar las soluciones que prometen para los temas que más preocupan a los porteños. Seguridad, salud, educación, transporte y tránsito, los pilares de un gobierno van a ser expuestos, analizados, confrontados por cada uno de los protagonistas. Es un humilde aporte del lado del periodismo. Un granito de arena que intenta demostrar que se puede convivir pacíficamente en la diferencia, que se puede disentir respetuosamente, que se puede tomar una idea del adversario y mejorarla o llevarla a la práctica en bien de toda la comunidad. Hay ideologías distintas y eso está bien. No vivimos en una sociedad uniforme. Hay dirigentes con distintas trayectorias y eso está bien.

Por eso van a ser juzgados por el voto popular que dará su veredicto. Pero hay un territorio común que es nuestro país y el sistema democrático que debemos cuidar entre todos. Esa casa es de todos los argentinos. Ojalá Macri, Filmus y Pino vean esta noche el programa y se den cuenta que no duele, que no pasa nada terrible, que solo hay ideas y neuronas en debate y que ellos también pueden hacer un aporte.
 
Ellos y todos los candidatos a presidentes o a gobernadores. ¿No le gustaría asistir a un debate entre Cristina, Alfonsín, Duhalde, Carrió, etc? ¿No sería bueno que Bonfatti, Rossi y Del Sel se crucen con sus mejores armas? ¿Y si Scioli, De Narváez, Stolbizer o Amadeo participan de un debate? ¿Quien gana? En realidad ganamos todos. En un debate el único que pierde es el autoritarismo. Porque la democracia es debate.