La luz de la esperanza
El papa del fin del mundo tiene una tarea revolucionaria por delante. Reconstruir la iglesia. Renovarla, extirpar todos los pecados que le fueron quitando autoridad moral y espiritual.
El papa del fin del mundo tiene una tarea revolucionaria por delante. Reconstruir la iglesia. Renovarla, extirpar todos los pecados que le fueron quitando autoridad moral y espiritual. El papa Francisco es absolutamente conciente de eso y ya empezó a enfrentar esa tarea titánica con alegría y firmeza. Debe recuperar la luz de la esperanza. Y esa misión pastoral está atravesada de pequeños gestos y de grandes decisiones.
Esta mañana recordó que el poder es servicio hacia los demás. Así cimentó su carrera de cura del pueblo pobre y así comenzó a dar los primeros pasos como papa de los zapatos viejos. Para llevar austeridad franciscana frente a la opulencia de lo aparente. Para levantar la belleza de la sencillez frente al lujo que ofende. Para que nadie se arrodille ni le bese el anillo. Para dejar las limusinas de lado y viajar en furgoneta. Lo hizo siempre y no encuentra motivos para cambiar ahora.
Estuvo en cada comedor popular de las parroquias, en las cárceles con los que sufren, al lado de los pueblos originarios, codo a codo con los curas villeros que custodian a los chicos más pobres atacados por el flagelo del paco y se transformó en un cruzado contra la trata de personas y el trabajo esclavo.
Francisco, el papa celeste y blanco, ya vive en el corazón de los humildes y está instalado en la eternidad de la historia. Muy pocos imaginaron ver a un argentino y jesuita como jefe de 1.200 millones de católicos de todo el universo. Solo los que no lo conocían se sorprendieron de verlo saludar a la gente desde un papamóvil descubierto, sin vidrios blindados para sentir el calor de todos. Para poder bajarse como lo hizo, para besar y bendecir cuerpo a cuerpo, para estar mas cerca del pueblo para estar mas lejos de la soberbia, para bajarse de todos los altares y pedestales.
El Papa recibió con gran alegría la incorporación a la delegación oficial de la doctora Alicia Oliveira que fue la crítica mas dura que tuvo Horacio Verbisty quien encabezó el operativo desprestigio del Papa Francisco.
Seguramente estarán preocupados los delincuentes que mancharon las sotanas con la corrupción y los negocios turbios de la banca vaticana. Seguramente no podrán conciliar el sueño los inmorales pedófilos que violaron chicos o los que los protegieron con un manto de silencio cómplice. Ya tuvieron una clara señal cuando el papa de abajo tuvo la contundencia necesaria para echar a uno de ellos como Jesús expulsó a los mercaderes del templo de Jerusalem. Espero que dejen de ser protegidos los Von Wernich y que se confirme que hay intenciones de beatificar al sacerdote Carlos Muriás que fue asesinado por la dictadura. Era franciscano y lo había ordenado otro martir de la iglesia de los pobres: monseñor Enrique Angelelli.
Seguramente deberán ir buscando otro trabajo los que pusieron la iglesia al servicio de los frívolos del consumismo y los grandes negociados. Lo sabe Daniel, el canillita de la esquina de la Catedral que ayer recibió el llamado del padre Jorge para decirle que no le llevara más el diario. Se sabe: Dios está en los detalles. Es increíble como el hijo del ferroviario de Flores hoy fue saludado y reverenciado por las mas altas autoridades del planeta.
En el nombre del padre y de todos sus hijos. Presidentes de potencias, príncipes, jeques, practicantes de todas las religiones, mandatarios de todas las razas, ideologías y colores. Es un papa nuestro que está en los cielos. Trajo vientos de esperanza. Cataratas de energía positiva fabricadas por la fe. Ojalá pueda refundar la iglesia. Para que haya libertad, paz y trabajo en el mundo. Por los siglos de los siglos.