Mauricio Macri vetó la ley que había sancionado la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires para reglamentar los abortos no punibles, los abortos de mujeres violadas o cuya vida corre peligro.

Macri dejó en pie un protocolo que incluye restricciones o trabas burocráticas no previstas en el fallo de la Corte Suprema de Justicia.

Más allá de la discusión puntual sobre el aborto, el tema es que Macri recurrió una vez más al veto.

El veto debe ser algo excepcional. En el caso de Macri, es algo bastante rutinario.
Con el último veto, suma 107 en total.

Macri utiliza además otro mecanismo para no poner en marcha las leyes que la Legislatura vota: no las reglamenta. Se hace el distraído.