Boca igualó 0 a 0 con Patronato en un flojo encuentro pero pasó por penales
En un duelo con varios errores arbitrales, el Xeneize no pudo superar al Patrón pero consiguió llevarse la serie gracias a Agustín Rossi.
El bajo nivel de Boca no es una novedad. Hace ya un largo tiempo que no tiene un buen nivel futbolístico y los cambios de entrenador parecen solamente una solución temporal que calma las aguas por un par de partidos hasta que todo vuelve a ser como antes. A pesar del bajo rendimiento, consiguió imponerse por 4 a 2 en los penales frente a Patronato, tras igualar 0 a 0 y avanzó a la semifinal de la Copa Argentina.
Durante un rato largo al Xeneize le costó tener la pelota. Sufrió una presión intensa que lo obligó a jugar largo para Norberto Briasco y Nicolás Orsini. Y aunque le dio ciertos réditos, porque de ese modo tuvo un mano a mano, no parecía el mejor modo de encarar el encuentro para el equipo de Sebastián Battaglia.
Con el correr de los minutos, Boca se serenó, mejoró y pasó a ser levemente superior. Controló la pelota en torno a la figura de Agustín Almendra, y el territorio, aunque casi sin situaciones de gol. El partido, en términos generales, no fue bueno.
A los 30, Gabriel Gudiño que estaba amonestado le realizó una dura infracción a Almendra que hubiese amerizado una segunda tarjeta y una expulsión posterior. Sin embargo, el árbitro Pablo Echavarría decidió no sancionar al ex San Lorenzo. Al mismo tiempo, el juez, de floja actuación, terminó el primer tiempo en medio de un pelotazo que partía para dejar a Junior Arias de frente ante un solo defensor y con ventaja.
Otra vez en la segunda mitad el Patrón arrancó mejor. Adelantó unos metros a la última línea y se hizo más compacto, lo que le permitió obstaculizar la salida rival. A los 6 tuvo una de las mas claras del partido. Luego de un centro forzado desde la derecha, Agustín Rossi salió muy mal, Arias se la peinó y Gudiño recibió incomodado por una marca pero con el arquero totalmente descolocado. El volante definió mal y la pelota se fue a menos de un metro del primer palo.
Pero, nuevamente Boca se recompuso y respondió con una acción clara. Tras un buen taco de Briasco, Frank Fabra recibió por izquierda y sin el mejor ángulo pero tampoco tan incomodo remató fuerte pero sobre el cuerpo del arquero Matías Ibáñez.
Otra vez Fabra fue protagonista a los 30 con una buena incursión por izquierda y centro bajó al segundo palo para Nicolás Orsini que se tiró y no llegó a empujarla por centímetros. Y sobre el final, a falta de un minuto el equipo de La Rivera tuvo otra clara para ganarlo. Pavón metió un centro bajo y fuerte que le quedó al juvenil Rodrigo Montes por el segundo palo. El mediocampista se encontró con la pelota encima y la impacto hacia tras en vez de hacia el arco.
En la última de todas, Matías Palavecino consiguió un córner para el conjunto entrerriano con un remate fortísimo y lejano. De esa pelota parada un centro cayó al segundo palo y Advíncula, con los brazos notoriamente extendidos derribó a Sosa Sánchez que pretendía recibir. Era penal para el equipo de Iván Delfino que Echavarría omitió.
Tras el empate, Boca volvió a mostrar su buena relación histórica con los penales. Sosa Sánchez remató el suyo y pegó en el travesaño, Rossi le atajó otro a Leandro Marin y el Xeneize no falló, por lo que se impuso por 4 a 2. Dio un definitivo paso atrás en el juego y parece haber caído en un pozo futbolístico nuevo, similar al de los últimos tempos. Los resultados maquillan un funcionamiento que no existe y que depende de triunfos que como el de estos cuartos de final, en los que más allá de haber superado muy levemente al rival, termina dependiendo de una cuota de fortuna.