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Al Tiburón se le complicó realizar su habitual juego de tenencia. El Millonario lo presionó, lo forzó al error y le quitó la pelota, muchas veces en situaciones muy incómodas. Si bien no tuvo un ritmo tan veloz en los últimos metros como en otros tiempos, controló el partido y siempre pudo elaborar en campo rival.

La apuesta de River por una defensa de cinco hombres fue claramente fructífera. Hoy por hoy, los volantes de creación que posee no tienen el peso suficiente como para influir en el partido de un modo constante o determinante. En ese esquema, le resulta mucho mejor tener más futbolistas que ataquen desde atrás y con la cancha de frente. Además, Milton Casco y Alex Vigo tuvieron grandes rendimientos.

A los 13, tras una excelente jugada elaborada, Álvarez recibió casi en el vértice derecho del área. Vigo le pasó por atrás, el atacante usó el pase como distracción y pateó con gran precisión por abajo al segundo palo. Fue fundamental el apoyo de Braian Romero en dos intervenciones para la creación de la jugada. De esa manera el equipo local, que estaba mejor, quebró el resultado.

Poco después, estuvo muy cerca de aumentar la diferencia otra vez desde el pie derecho de Álvarez. La presión de Enzo Pérez forzó un mal pase hacia atrás, el atacante quedó mano a mano pero en ese duelo ganó el arquero José Devecchi. Rápidamente, el conjunto de Marcelo Gallardo comenzó a hacer méritos para conseguir el segundo.

A los 30, y tras una nueva presión alta, en este caso sobre Emiliano Insúa, llegó una chance inmejorable para el local. Álvarez robó, trabó contra el arquero Devecchi y aunque se abrió demasiado se hizo tiempo para dejar un rival en el camino y asistir a Suárez. El cordobés remató casi abajo del arco pero Fabricio Coloccini prácticamente atajó con el codo. El experimentado defensor fue expulsado.

Álvarez, que había hecho un partido formidable, se hizo cargo de la ejecución e hipotecó su gran actuación con una ejecución arriesgada. Pateó con cara interna, suave y al medio. No quedó claro si intentó picarla o simplemente tomó una pésima decisión, pero de todos modos pudo haber sentenciado el juego y se equivocó.

Esa acción le quitó una pizca de confianza al conjunto de Núñez. No se desmoronó ni mucho menos, pero fue un poco menos punzante aún con un hombre más. De todos modos, la superioridad de River en la primera parte fue notoria: pudo hacer varios goles más.

Aldosivi no generó daño prácticamente en ningún momento. A pesar de que el rival bajó un poco, nunca pudo adelantarse. La cancha le quedó demasiado larga para el lugar en el que se paró y mucho más para intentar jugar con pases por abajo.

Tras numerosos intentos fallidos, a los 14 del complemento River consiguió el segundo. El conjunto marplatense se había adelantado casi por primera vez y el Millonario lo castigó de contraataque. Bruno Zuculini robó, entre Matías Suárez y Casco la elaboraron y Enzo Pérez, por el segundo palo, concretó de cabeza.

Durante lo que quedó, el Millonario reguló, y durante un largo periodo no sufrió en su arco ni concedió el protagonismo. Con el partido definido sí le llegaron un par de veces, la más clara con un remate de Malcom Braida que pegó en el travesaño. De todos modos, fue una actuación positiva del equipo de Gallardo. El rival le dio grandes facilidades pero River supo aprovecharlas y volvió a mostrar un buen nivel tras varios partidos.