Prometedor comienzo de temporada en las prácticas libres del viernes del GP de Australia de F1. Este viernes, nueve equipos se quedaron en un segundo, un nivel de igualdad que no se veía quizá desde 2009 (el año más parejo de la historia si se considera la diferencia de ritmo entre el mejor y el peor).

El tercer sector es clave para sacar la vuelta, pero en las prácticas libres del viernes fue el segundo sector el que les causó más problemas a los pilotos, con permanentes excursiones por la grava que además ensuciaron demasiado la pista. Este año, Pirelli destinó para este circuito una de sus líneas más blandas de neumáticos: el C5 (el blando de este fin de semana) no es probable que sirva para la Carrera, y parar una sola vez parece un albur.

La transición de las curvas 9 y 10 complicó a los pilotos, que van muy descargados aerodinámicamente y terminan ensuciando mucho la pista. Obligaron a una bandera roja el viernes: ¿retirarán un poco la grava para el domingo?
La transición de las curvas 9 y 10 complicó a los pilotos, que van muy descargados aerodinámicamente y terminan ensuciando mucho la pista. Obligaron a una bandera roja el viernes: ¿retirarán un poco la grava para el domingo?

Por ello, las posiciones finales de las FP1 y FP2 son más inciertas que nunca. Los números de la pretemporada nos indicaban a Haas muy bien, en el top ten, y Racing Bulls en el fondo, junto con Sauber: en la FP2, RB era más rápido que Red Bull (con un Lawson en el fondo de la parrilla y Verstappen batallando para entrar en el top ten), casi al nivel de Ferrari y McLaren, los dos destacados de este fin de semana. Y Hülkenberg, siempre rapidísimo a una vuelta, clavó un tiempo de top ten.

Lo de Red Bull es problemático: son el equipo que más mejoras trajeron al debut en relación a la pretemporada, pero lucen, si cabe, incluso un poco más lejos que en Sakhir. Verstappen luchó denodadamente para quedar a unas pocas décimas de Ferrari y McLaren; Lawson quedó en el fondo de la parrilla en las dos sesiones, a más de medio segundo de ritmo del múltiple campeón mundial neerlandés.

En Mercedes creen que están bien, pero en la pretemporada se quejaron de que no estaban donde querían en cuanto a rendimiento, y eso aunque los tiempos de vuelta les daban muy bien. Acá les dieron bien en ritmo de carrera, no tan lucidos a una vuelta. 

Williams arrasó en la FP1, con un Sainz Jr olímpico, y se confundió en el pelotón en la FP2. Alpine por ahora no aparece, pero según el corrillo del Paddock estaría un paso adelante de la escudería fundada por el recordado Sir Frank.

El resumen es que Ferrari está muy bien, pero es viernes, el día que más esconden los McLaren. Sólo a partir de la FP3 los británicos suelen mostrar un poquito las uñas. Todo esto a una vuelta.

En ritmo de carrera, McLaren está a la par de Ferrari... o bien Norris está al ritmo de Hamilton y no tan lejos del de Leclerc. Sin embargo, McLaren tuvo un comienzo más fuerte en la etapa de tandas largas, y Ferrari acabó con una contundencia que recuerda la de McLaren el año pasado en los finales de carrera.

Max Verstappen tampoco brilló en ritmo de carrera, y Russell probó con Duros, a diferencia de la mayoría de los 'top': su arranque fue bueno, aunque su final lo dejó algunas décimas por detrás de los pilotos de referencia. Sin embargo, en todos los casos hablamos de dos, tres, cuatro décimas de diferencia de ritmo en una vuelta a ritmo de Gran Premio de 1m23s bajos a 1s21s altos (Leclerc): proyectadas a una carrera de 58 vueltas, son poco más de veinte segundos de diferencia entre el más rápido y el más lento de los pilotos de arriba.

¿Hamilton? Bastante detrás de un Leclerc olímpico (sobre todo en la segunda Práctica). La Ferrari domó problemas de inestabilidad que afectaron sobre todo al británico en la FP1. 

¿Lo mejor de todo? El condimento que le da más sabor al GP de Australia, la lluvia, estará casi seguro presente el domingo, con típicos chubascos costeros de Melbourne que pueden trastocar las estrategias de un minuto a otro. Prepárense, en la madrugada del domingo argentino, para asistir a una carrera trepidante, incierta y que puede dar muchísimas sorpresas en las posiciones finales.

F1: lo que dejó el viernes del GP de Australia