Messi falló un penal pero Mbappé apareció en todo su esplendor y el PSG le ganó al Real Madrid
En la ida de los octavos de final del torneo más importante de Europa, el crack francés le hizo un desastre al equipo de la capital española y rescató a su equipo de un empate que parecía sellado.
Los jugadores fantásticos son aún más increíbles si logran dejar su huella en partidos gigantes. Kylian Mbappé, destinado a reinar durante años en el mundo del fútbol, tuvo una función de gala en un partido gigante. Por la ida de los octavos de final de la Champions League, el Paris Saint Germain le ganó 1 a 0 al Real Madrid en el Parque de los Príncipes con una actuación memorable del delantero francés que convirtió el único tanto del encuentro en el último minuto.
El primer tiempo fue chato, con un nivel de acción muy distante al que suelen tener los encuentros de octavos de final de Champions League. La postura de ambos equipos sorprendió. La del Real Madrid porque fue excesivamente despojada de protagonismo. El equipo de Carlo Ancelotti se paró muy atrás pero no para intentar contraatacar, sino para hace transcurrir los minutos. Sin pelota, formó dos bloques compactos a la altura del área grande. Con ella, intentó que la tengan Luka Modric y Toni Kroos para quitarle ritmo al juego-
El PSG tuvo, en consecuencia, dominio territorial y de pelota, pero tuvo una actitud pasiva y cansina. Además, dependió de forma absoluta de la creatividad de Mbappé, algo que parece prácticamente impermisible para un equipo que con tantas figuras. El francés generó absolutamente todo lo que su equipo hizo en ataque.
Lionel Messi ocupó una posición central en la cancha, casi como un enganche y tuvo poca participación. Además, cuando tuvo la pelota, en general decidió mal. De todos modos, cuando lo hizo bien, tal como su categoría lo sugiere, puso un pase gol y generó la más clara del primer tiempo. A los 17 se la dio a Mbappé que aunque algo forzado consiguió escapar de la marca de Dani Carvajal, pero no pudo resolver ante la rápida salida de Thibaut Courtois.
En la segunda mitad, el equipo parisino incrementó mínimamente el ritmo de circulación de la pelota y fue tibiamente más peligroso. Mbappé, de muy buen partido, continuó en soledad como el único jugador del equipo local en capacidad de generar desequilibrio.
Tuvo una clara a los 4, en una muy buena combinación de Leandro Paredes y Achraf Hakimi que el campeón del mundo con Francia definió en el área, pero otra vez respondió Courtois. Un breve rato más tarde, el veloz delantero inventó una jugada de la nada por el sector izquierdo y generó un penal.
Enganchó hacia afuera en el área y Carvajal, quien la pasó muy mal marcándolo, lo derribó. Messi se hizo cargo de la ejecución del remate, pero otra vez apareció Courtois. El disparo fue bajo, cruzado y débil y el muy buen arquero belga lo atajó.
Con el afán de recuperarse rápido, el capitán de la Selección Argentina se aceleró, quiso intervenir mucho en el juego y lo hizo de manera forzada, sin poder contribuir en el crecimiento de la jugada e incluso jugándole en contra a algún compañero.
A falta de 18 minutos ingresó Neymar y el partido cambió. Fue el primer jugador del conjunto francés que pudo seguir la velocidad de Mbappé y contribuir con él en ataque, tanto con la pelota como para liberarlo de marcas. Marco Verratti y Paredes, que manejaron bien la posesión en todo el partido, comenzaron a tener más destinatarios y a defensores bastante más preocupados, por lo que aparecieron espacios.
Desde entonces el equipo francés tuvo varias situaciones claras, mucho más que en el resto del partido. Hasta entonces al PSG le había faltado creatividad, pero desde ese momento, los problemas fueron de definición.
Hasta que el actual mejor jugador del mundo frotó la lámpara. A 30 segundos del final, Mbappé, el 7 imposible, el imparable en velocidad pero también en una baldosa, se escapó maravillosamente entre Éder Militao y Lucas Vázquez por la izquierda, se metió en el área y definió entre las piernas de Courtois.
El Real Madrid debe cambiar la cara radicalmente, porque no pateó al arco rival. Pero además, deberá lidiar con las ausencias por suspensión de Casemiro y Ferland Mendy. El PSG fue superior y tuvo el desnivel adecuado como para marcar la diferencia sobre el final.