A siete años de la muerte de Pappo
El guionista y director de cine Sebastián Borensztein es el autor del tema "Mi Vieja". Recordó el por qué del éxito de Pappo y el amor por su madre.
“La canción Mi Vieja fue compuesto para “Tato de América”, donde hacíamos un musical siempre con alguna figura del rock argentina. Escribí la letra inspirándome en Pappo que tenía un gran amor por su madre”, destacó Sebastián Borensztein.
“Después con el tiempo fue un éxito. Era para ser cantada una vez, nunca nos imaginábamos lo que después pasó”, destacó por Radio Continental.
La carrera de Pappo comenzó cuando Miguel Abuelo lo reclutó para su banda “Los Abuelos de la Nada”, aunque paso sin pena ni gloria. Tiempo después renunciaría a tal grupo, para luego ser convocado por Litto Nebbia para tocar la guitarra en Los Gatos. Con Los Gatos grabó dos discos: “Beat Nº1 y Rock de la Mujer Perdida”.
Ya en 1971 llega a lanzar su primer álbum con Pappo’s Blues, con la compañía de David Lebón en bajo y Black Amaya en batería. La formación sufrió varios cambios: en 1972 Juan Piñata tocaba el bajo y Luis Gambolini la batería, mientras que para el tercer álbum tocaban Pomo la batería y Rufino el bajo y coros. Para 1974 regreso la formación oficial, con la diferencia de que Lebón paso a la guitarra y se sumo Alejandro Medina en bajo.
En 1977-78 formó Pappo’s Blues, con Conejo Jolivet, en guitarra, Julio Candia en bajo y Marcelo Pucci en batería.
A fines de los ’70, casi en el año 80 fundó su segunda gran banda, Riff, integrada por Michel Peyronel, Boff, Vitico, dejando su lado bluesero y acercándose al Heavy Metal.
Pappo no solo es reconocido nacionalmente, sino también en el plano internacional. En uno de sus viajes a Inglaterra tuvo la oportunidad de tocar con grandes del rock internacional, como John “Bonzo” Bonham, baterista de Led Zepellin, Lemmy de Motorhead y el blusero norteamericano B.B. King, quién lo invito a tocar al Madison Square Garden en 1994.
Pappo falleció un 24 de febrero de 2005, en un accidente con su moto Harley Davidson. En la Ciudad de Buenos Aires, se levantó un monumento en la plaza Roque Sáenz Peña, esquina de Juan B. Justo y Boyacá.