El virtuoso guitarrista estadounidense Steve Vai ofreció anoche el primero de los dos conciertos en el teatro porteño Gran Rex ante un público que colmó la sala y disfrutó del tramo final del largo tour "Story of Light 2013".

"Hemos estado de gira desde agosto de 2012 y ofrecimos 200 conciertos, lo que nos pone contentos pero también estamos tristes porque ahora nos quedan sólo dos shows más (por el de anoche y el de hoy, también en el Gran Rex) y el último en San Francisco", comentó Vai tras un comienzo concentrado y solamente enfocado en desgranar las dos primeras canciones del concierto.

Vistiendo sus particulares y coloridos pantalones y junto a los eficaces Philip Bynoe en bajo, Jeremy Colson en batería y Dave Weiner en guitarra, propuso un recorrido por sus éxitos y, básicamente, por los temas de "The Story of the Light", el 16to. álbum solista que publicó por sello propio y con el que interrumpió un silencio discográfico de siete años.

Además de haber sido un recital excepcional donde los músicos exhibieron su gran precisión y profesionalismo para lograr un sonido limpio, el show contó con momentos clave que generaron aplausos de pie y risas generadas por el buen sentido del humor de Vai.  A lo largo de 150 minutos, Vai gestualizó y corporizó cada nota como si sus expresiones fueran meras extensiones de su guitarra eléctrica Ibañez, instrumento que solamente abandonó para "cantar una canción de amor", abrazado entonces a una acústica.

Dueño también de una versatilidad asombrosa en la guitarra, pero cultivando otros géneros, la velada fue inaugurada por el chaqueño Marcelo Dellamea, que recorrió el choro brasileño y la milonga hasta el funk y el tango, un repertorio que plasmó en su reciente segunda placa solista "Dos más uno".