El huracán Helene ha causado, hasta el momento, la muerte de al menos 20 personas en su trayecto por el sureste de Estados Unidos. Esta devastadora tormenta tocó tierra en Florida durante la noche del jueves, alcanzando la categoría 4, con vientos máximos sostenidos de 225 km/h y una marejada ciclónica que ha sido calificada como "catastrófica".

El gobernador de Georgia, Brian Kemp, informó que en su estado se han registrado 11 muertes relacionadas con el huracán. Por su parte, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, reportó dos fallecimientos, mientras que en Carolina del Norte, el gobernador Roy Cooper comunicó otros dos decesos. Asimismo, el sheriff del condado de Pinellas en Florida añadió que al menos cinco muertes adicionales han sido contabilizadas en su área, elevando el total en el estado.

Las autoridades habían advertido a la población sobre la inminente llegada del huracán y exhortaron a los ciudadanos a seguir las órdenes de evacuación establecidas. Tras su ingreso al territorio estadounidense, Helene comenzó a perder fuerza, disminuyendo de huracán a depresión tropical al transitar por Georgia.

De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), para la tarde del viernes, el huracán registraba vientos de 55 km/h y continuaba generando "inundaciones históricas y catastróficas" en varias regiones afectadas. El NHC indicó que se espera un debilitamiento gradual del fenómeno y que Helene podría convertirse en extratropical más tarde ese mismo día.

En el momento de su informe, Helene se desplazaba entre los estados de Tennessee y Kentucky. A consecuencia de la tormenta, millones de personas han quedado sin suministro eléctrico, lo que añade una complicación adicional a la situación de emergencia que enfrentan las comunidades afectadas.