En un comunicado divulgado en Londres, AI señala que en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, en Colorado, los reclusos llegan a estar un mínimo de 12 meses en régimen de aislamiento antes de poder optar por una reducción en las restricciones de su detención.

En realidad, según AI, algunos pasan mucho más tiempo en esas celdas de paredes sólidas desde la que no tienen contacto con otros reclusos y en las que apenas hay una pequeña ranura para que puedan ver el cielo o una pared de ladrillo.

En un informe titulado: "Sepultados: Aislamiento en el Sistema federal de prisiones de Estados Unidos", AI consideró que las condiciones de encierro suponen "un trato o castigo cruel, inhumano y degradante" y supone una violación del derecho internacional.

"No se puede subestimar el impacto devastador que el aislamiento pueden tener sobre el bienestar mental y físico de un preso.

Este tipo de duros tratamientos ocurren como práctica diaria en Estados Unidos y violan el derecho internacional", indicó Erika Guevara-Rosas, la directora del programa de AI para las Américas.

El informe explora el impacto físico y psicológico que el confinamiento en celdas aisladas tiene sobre los prisioneros.

Esas prácticas provocaron que algunos de los presos hayan terminado infligiéndose daño o suicidándose, aseguró AI según se consignó.

Algunos de los síntomas de este aislamiento durante períodos prolongados incluyen ansiedad, depresión, insomnio, hipertensión, paranoia extrema, distorsiones perceptivas y psicosis.

"El gobierno de Estados Unidos debe asegurar que el aislamiento solo se emplea en circunstancias excepcionales, como último recurso y nunca debería emplearse durante períodos de tiempo prolongados o indefinidos", señaló Guevara.