Ante más de un millón de fieles, Juan Pablo II fue proclamado beato
El papa Benedicto XVI beatificó hoy a su antecesor, Juan Pablo II, seis años después de su muerte, durante una misa celebrada ante más de millón de fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
El acto de beatificación de Karol Wojtyla, quien dirigió la Iglesia Católica durante más de 26 años, se realizó a las 10.38 hora vaticana (5.38 hora argentina).
Un enorme retrato de un Juan Pablo sonriente colgaba del balcón central de la Basílica de San Pedro durante la misa.
A la ceremonia, que se llevó a cabo bajo un cielo ligeramente nublado, asistieron también delegaciones de alto rango de unos 90 países, entre ellos 16 presidentes y representantes de cinco casas reales, en tanto que la Argentina estuvo representada por una comitiva integrada por miembros de los tres poderes del Estado.
Benedicto XVI destacó en su mensaje pronunciado en español que su antecesor "recorrió incansable vuestras tierras caracterizadas por la confianza en Dios" y llamó a "seguir su ejemplo de fidelidad y amor".
El Pontífice dijo que, en cada uno de esos viajes, Karol Wojtyla "sintió el calor de vuestra estima sincera y entrañable".
"Os invito a seguir el ejemplo de fidelidad y amor a Cristo y a la Iglesia que nos dejó como preciosa herencia", agregó.
Finalmente, el jefe de la Iglesia Católica concluyó su discurso en español al señalar: "Que desde el cielo os acompañe siempre su intercesión para que la fe de vuestros pueblos se mantenga en la solidez de sus raíces y la paz y la concordia favorezcan el progreso necesario de vuestra gente. Que Dios os bendiga".
El procedimiento para declarar beato a Juan Pablo II se realizó en un tiempo récord.
Muchos católicos ya habían reclamado la beatificación del papa polaco el 8 de abril de 2005, durante el entierro del popular pontífice, fallecido seis días antes, recordó la agencia Dpa.
Este domingo más de un millón de peregrinos se congregaron en el Vaticano y sus alrededores para presenciar el solemne acto.
Es la primera vez en la historia que un papa beatifica a su antecesor directo.