Candidato de los Hermanos Musulmanes se aseguró el paso al balotaje
Un ex primer ministro de Mubarak y un candidato izquierdista compiten por el paso a la segunda vuelta del 17 y 18 de junio, luego de la doble jornada de del miércoles y de ayer.
El candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Mursi, pasó a la segunda vuelta de las históricas elecciones presidenciales celebradas en Egipto, las primeras después del derrocamiento de Hosni Mubarak y las primeras libres y realmente disputadas del país, según resultados parciales conocidos hoy.
Un ex primer ministro de Mubarak y un candidato izquierdista competían por el segundo puesto y por una chance de enfrentarlo en la segunda vuelta del 17 y 18 de junio, luego de la doble jornada de primera vuelta del miércoles y de ayer, siempre de acuerdo a estas cifras provisorias. El ganador será anunciado el 21 de junio.
La votación, fruto de la revuelta que derribó a Mubarak en febrero de 2011, se convirtió en una acalorada competencia entre figuras del derrocado régimen y aspirantes islamistas, mientras que, paradójicamente, los sectores jóvenes y laicos que iniciaron la revolución casi no tienen aspirantes que los representen.
Los dos postulantes que más polarizan el electorado son el de los islamistas Hermanos Musulmanes, Mohammed Mursi, y el ex primer ministro Ahmed Shafiq, un veterano de la era Mubarak.
Para el viernes al mediodía, el recuento se había completado en 20 de las 27 provincias del país, el más poblado del mundo árabe. Sin embargo, todavía faltaba escrutar las mesas de las mayores ciudades, incluyendo El Cairo, la capital, Giza y Alejandría.
Mursi lideraba el recuento parcial con el 30,8% de los votos, porcentaje suficiente como para que se asegure un lugar en el balotaje, según proyecciones.
Pero la competencia por el segundo puesto permanecía muy cerrada. Shafiq lograba el 21% de los votos, mientras que Hamdeen Sabahi lo seguía con el 20%.
Sabahi, un izquierdista que reivindica la ideología socialista y nacionalista del ex presidente Gamal Abdel-Nasser, se convirtió así en la sorpresa de la doble jornada electoral de esta semana.
Las encuestas lo situaban por detrás de un pelotón de cuatro candidatos favoritos, pero se ganó el apoyo de muchos egipcios que buscan una alternativa tanto a los islamistas como a las figuras del antiguo régimen, o "feloul" ("remanente").
La Comisión Electoral calculó la participación en un 50% de los 50 millones de electores registrados, aunque aclaró que era una estimación y no una cifra oficial.
Los Hermanos Musulmanes aspiran a una victoria presidencial que les permita reforzar su control político de Egipto, lo cual marcaría un cambio radical luego de años de ser reprimida por Mubarak y su régimen autocrático. El movimiento islamista ya domina casi la mitad del Parlamento luego de su victoria en los comicios legislativos del año pasado.
El grupo promete un "renacimiento" de Egipto, no sólo en términos de acabar con la corrupción de la era Mubarak y renovar la infraestructura obsoleta del país sino también de dar un mayor énfasis a la religión a nivel institucional. Esta perspectiva alarma a los musulmanes más moderados, a los egipcios laicos y a la minoría cristiana, quien temen restricciones a los derechos civiles o dicen que los Hermanos tienen un talante autoritario similar al de Mubarak.