En Egipto, continúan este lunes los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad, en el tercer día de disturbios que ya han provocado al menos veintidós muertos y mil setecientos heridos.

La policía arroja gases lacrimógenos sobre los cientos de personas repartidas en pequeños grupos en la plaza y alrededores. Los ciudadanos replican con piedras, todo transmitido por la televisión pública del país.

En medio de esta crisis, renunció el ministro de Cultura, Emad Abu Ghazi.

Los nuevos incidentes en torno a la Plaza Tahrir suceden a exactamente siete días de las elecciones legislativas que provocó la Primavera Árabe.

La gente reclama el fin del poder de la Junta Militar que sucedió a Hosni Mubarak y que, a su juicio, no hace más que prolongar los vicios del régimen del dictador. El principal blanco de los cánticos de protesta es el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, Hussein Tantaui.