La reforma constitucional pactada por el gobierno socialista y el derechista Partido Popular para limitar el déficit público superó hoy su primer trámite en el Parlamento, donde los nacionalistas catalanes y la izquierda denunciaron una “ruptura del proceso constituyente”. La propuesta recibió 318 votos a favor, 16 en contra y 2 diputados se abstuvieron, anunció el presidente del Congreso de Diputados español, José Bono.

Se dio una situación inédita, puesto que los diputados nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió (CiU) directamente no votaron, en una expresión de rebeldía y profundo descontento. El diputado Antonio Gutiérrez fue el único socialista que rompió la disciplina de su partido y votó en contra de la propuesta a la que calificó de “barbaridad”.

Tras la votación, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó el “enorme sentido de responsabilidad” mostrado por los diputados que apoyaron esta reforma, que es “importante para España en este momento”. La reforma inicia así su trámite en la Cámara Baja, donde será debatida con carácter urgente y en lectura única, lo que no permite introducir cuestiones distintas a la polémica modificación del artículo 135, que establece el principio de estabilidad financiera en las cuentas públicas y fija un límite al déficit en una futura ley orgánica.

El próximo viernes, el proyecto será sometido a votación y luego pasará al Senado antes de su aprobación definitiva. Los sindicatos mayoritarios y movimientos sociales, entre ellos los “indignados”, ya se están movilizando para rechazar la reforma y exigir que sea sometida a referendo.