La Policía de Estados Unidos lanzó gases lacrimógenos anoche para dispersar a cientos de manifestantes anti-Wall Street en Oakland, cerca de San Francisco, California, al oeste de Estados Unidos.

Columnas de humo blanco cubrieron las calles y el ruido de las granadas de gas hizo eco en los edificios de la zona mientras los manifestantes se diseminaban ante la presencia de la Policía Antimotines, que había arrestado a decenas de manifestantes y les había advertido que se dispersaran. Al menos uno de los manifestantes cayó al suelo, con la cabeza sangrando e inconsciente, tras ser golpeado por un cartucho de gas lacrimógeno.

Los manifestantes Se reagruparon y comenzaron a lanzar huevos a las fuerzas, que respondió disparando balas de pintura. Una portavoz de la Policía confirmó el arresto de unas 85 personas durante un primer operativo para dispersar a los manifestantes de su campamento en una plaza.

Uno de los activistas civiles, Malcolm McKenzie, dijo en la televisión nacional que la operación de Oakland fue muy intimidante y las personas corrieron en todas direcciones cuando los agentes lanzaron el químico nocivo. "Los bancos no tomarán más nuestras casas. No destruirán más el medio ambiente. No financiarán la miseria de la guerra. Los bancos no causarán más desempleo masivo", sostienes las principales consignas del ovimiento, que comenzó en Nueva York hace más de un mes.