El bolívar desapareció de las calles, depreciado ante el dólar, consumido por la subida de los precios y con una capacidad de compra muy escasa. Los billetes del dinero local valían tan poco que se contaban por millones y servían para poco más que manualidades para vender en las calles de las principales ciudades. La hiperinflación pulverizó al bolívar, que dejó de ser un referente de valor y perdió 16 ceros desde la llegada al poder del comandante Hugo Chávez en 1999.

Atrapada entre la espada bolivariana y la pared de la realidad, la sociedad encontró una solución parcial al caos económico: comerciantes y consumidores eligieron al dólar como moneda de uso y principal forma de pago.

Con el el nuevo impuesto aplicado por el gobierno de Nicolás Maduro se verán afectadas las operaciones en dólares y otras divisas extranjeras -y también criptomonedas- que se realicen en Venezuela, independientemente de su monto.

La dolarización de facto en Venezuela ha sido un alivio para muchos dada la hiperinflación y la devaluación de la moneda nacional, el bolívar, en los últimos años.

En líneas generales, los ciudadanos tendrán que pagar un 3% adicional, aunque con algunas excepciones.

El nuevo tributo entró en vigor este 28 de marzo, cuando en Venezuela aún reinaba mucha confusión en torno a su aplicación, algo que llevó a algunas empresas -como la cadena de comida rápida Arturo's- a suspender temporalmente la recepción de pagos en divisas a la espera de que se aclare el panorama sobre el llamado nuevo Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF).

Cuando las autoridades venezolanas anunciaron en febrero pasado que se aplicaría este nuevo impuesto con una tasa que puede oscilar entre 2% y 20%, surgieron numerosas críticas a la medida que fue catalogada como "confiscatoria".

Entonces, se criticaba también este nuevo tributo por el efecto que podía tener en una economía como la venezolana que apenas a inicios de este año había dado por cerrado un largo ciclo de hiperinflación iniciado en 2017 y que tímidamente se ha venido recuperando de la crisis económica más severa que ha conocido en décadas.

Desde el gobierno, se apuntaba que el objetivo es incentivar la recuperación en el uso del bolívar, la devaluada moneda oficial del país que en los hechos se ha visto cada vez más desplazada por el creciente uso del dólar.

El nuevo IGTF recae principalmente sobre personas jurídicas y entidades consideradas por las autoridades como "contribuyentes especiales", en la práctica este tributo sí repercutirá directamente sobre los consumidores pues dentro de esa categoría entran numerosos negocios de ventas minoristas incluyendo supermercados, farmacias y panaderías, entre otros.

Así, cuando un venezolano acuda a uno de estos negocios y haga una compra usando dólares u otras divisas en efectivo deberá pagar este 3% adicional por su compra.

Si la persona no quiere tener que pagar este impuesto, tiene la alternativa de hacer sus pagos directamente en bolívares o abrir en algún banco venezolano un tipo de cuenta denominada en dólares que al momento de la compra haga automáticamente el cambio del monto requerido a bolívares, de tal forma que el pago no resulte pechado.

En la actualidad, sin embargo, son muchos los venezolanos que contando con dólares no disponen de una cuenta en divisas.