Muerieron 20 personas en un ataque guerrillero a la capital de Chechenia
Islamistas lanzaron hoy una inusual incursión en la capital de la sureña república rusa, atacando un puesto policial.
La incursión en Grozni ocurrió días antes del 20 aniversario de la primera guerra chechena, que estalló el 11 de diciembre de 1994 cuando el Ejército ruso, por orden del presidente Vladimir Putin, invadió la república para aplastar a los rebeldes separatistas.
El ataque nocturno en la capital de la república federada del Cáucaso Norte ruso Rusia, llegó, además, horas antes de que Putin prometiera defender a su país de lo que calificó de intentos de sus enemigos de desmembrarlo.
El Comité Nacional Antiterrorista (CNA) de Rusia dijo que 10 policías y 10 insurgentes murieron en los choques, y agregó que los guerrilleros se proponían cometer varios atentados el próximo 12 de diciembre, Día de la Constitución en todo el país.
"Estoy seguro de que las fuerzas del orden locales se harán cargo. Son los que trabajan para liquidar la enésima reaparición de los terroristas", declaró Putin en su discurso anual sobre el estado de la nación, ante el Parlamento en Moscú.
En declaraciones en la capital rusa, donde asistió al discurso de Putin, el presidente de Chechenia, Ramzan Kadirov, dijo que los atacantes fueron muertos en "15 a 20 minutos".
Al principio, se informó de que hasta un centenar de combatientes se encontraban atrincherados en varios edificios de la capital chechena, pero esto fue desmentido por el CNA, que tachó esos rumores de "mentira descarada y desvergonzada".
En un comunicado, el CNA dijo que 28 policías resultaron heridos, informó la agencia de noticias EFE.
Un grupo de atacantes se atrincheró en la Casa de la Prensa de Grozni después de mantener un tiroteo con policiales en un puesto de control, dijeron fuentes de seguridad.
Fuerzas locales atacaron el edificio de varios pisos, donde se desató un enorme incendio que iluminó el cielo de Grozny en plena noche y que dejó la fachada externa del inmueble casi completamente carbonizada.
Otro grupo de milicianos armados se agazapó durante la noche en una escuela local, horas antes del inicio de la jornada educativa.
Imágenes difundidas por la televisión rusa mostraron a efectivos de seguridad chechenes fuertemente armados y cobijados tras coches de policía, disparando a discreción contra los edificios en los que se resguardaban los combatientes.
Kadirov explicó que los enfrentamientos comenzaron cuando un grupo de combatientes armados que circulaban en tres coches por la ciudad abrió fuego contra una patrulla policial que intentó detenerles para comprobar su documentación.
Tras conocerse la noticia, Putin intervino con su discurso del estado de la nación ante ambas cámaras del Parlamento ruso, en el que acusó a Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, de perseguir históricamente el debilitamiento de Rusia.
Recordó que, durante las dos guerras de Chechenia (1994-96 y 1999-2001), muchos países occidentales criticaron a Moscú por su violenta represión de la guerrilla.
"Nos acordamos bien de quiénes y cómo apoyaron entonces abiertamente el separatismo e incluso el terror, llamaron rebeldes a los asesinos que tenían las manos ensangrentadas y los recibieron al más alto nivel", censuró.
El apoyo "informativo, político, financiero" de Occidente al separatismo checheno "no dejó dudas de que con gusto nos habrían dejado ir por el camino de la desintegración yugoslava, con todas las nefastas consecuencias que habría tenido para los pueblos de Rusia", aseveró.
Mientras Putin ha encomiado en varias ocasiones la firmeza de Kadirov con la guerrilla, activistas rusos de los derechos humanos acusan al líder checheno de instaurar un régimen policial en su territorio.
Chechenia, donde se levantó en abril de 2009 el "régimen de operación antiterrorista" que había impuesto Putin a su llegada al poder diez años antes, ha cedido a las vecinas Daguestán e Ingushetia el título de territorios más inestables de Rusia.
Aunque la guerrilla islamista protagonizó en 2010, 2011 y 2013 graves atentados contra el subte, el aeropuerto de Moscú y la ciudad de Volgogrado que dejaron unos 100 muertos, el extremismo ha dejado de acaparar los discursos del jefe del Kremlin.