Mursi reprimió a opositores tras atribuirse la suma del poder público
Mursi promulgó el jueves un acta constitucional ordenando que todas sus decisiones sean "inapelables y definitivas", para tomar "cualquier decisión necesaria para proteger la revolución" de 2011 de las trabas que le imponen los estamentos heredados de la dictadura de Mubarak.
El Consejo Supremo de Justicia de Egipto calificó de "agresión sin precedentes contra la independencia del Poder Judicial" la decisión del presidente del país, Mohamed Mursi, de ubicarse por encima de la ley, mientras la policía dispersaba a los opositores concentrados en la ya mítica Plaza Tahir.
En un comunicado difundido por la agencia oficial Mena, tras una reunión de urgencia, este órgano judicial exhortó al mandatario a "apartarse de todo lo que afecte al Poder Judicial y sus prerrogativas".
"El Consejo Supremo de Justicia es el encargado de todos los asuntos de la justicia y los jueces, por lo que lamenta el anuncio de esa declaración constitucional" que exime al presidente del país de esta norma, agregó el texto.
Mursi promulgó el jueves un acta constitucional en la que ordenó que todas sus decisiones sean "inapelables y definitivas", y se arrogó el poder para tomar "cualquier decisión necesaria para proteger la revolución" de 2011, en la que fue derrocado Hosni Mubarak.
La decisión causó particular inquietud de Estados Unidos y Europa, donde se considera la medida del jefe de Estado islamista como un refuerzo de sus ya amplios poderes y contraria a la democratización del país, el más poblado del mundo árabe.
La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland, dijo en un comunicado que “las aspiraciones de la revolución (de 2011) eran garantizar que el poder no estuviera concentrado en manos de una sola persona o de una institución".
Estados Unidos quiere en Egipto una "Constitución que conlleve los contrapoderes, que respete las libertades fundamentales y los derechos individuales, con un derecho que esté conforme a los compromisos internacionales" del país.
Por su lado, La Unión Europea pidió al presidente egipcio que respete el "proceso democrático" y señaló que las decisiones tomadas no iban en la "buena dirección", según un comunicado oficial.
En la noche del viernes, el presidente del Club de los Jueces, la principal asociación de la magistratura en Egipto, Ahmed el Zend, dijo en una reunión que el decreto de Mursi "vulnera el principio de la separación de los tres poderes del Estado".
Mientras el Consejo Supremo daba a conocer su comunicado, la policía disparaba gases contra opositores que se habían instalado en una treintena de carpas en la Plaza Tahir para protestar por las nuevas prerrogativas de Mursi.
No obstante, después de los gases grupos de manifestantes que se habían disperado refugiándose en calles adyacentes regresaron a la plaza con la aparente intención de instalarse por tiempo indefinido.
"Egipto ingresa en una nueva revolución ya que nuestra intención no era reemplazar a un dictador por otro dictador", declaró un manifestante en referencia al alzamiento que derrocó a Hosni Mubarak en febrero de 2011.
El viernes, miles de personas se habían congregado en la Plaza Tahir al grito "Mursi dictador". En ciudades del interior, algunos manifestantes incluso llegaron a incendiar locales del partido al que pertenece el presidente, los Hermanos Musulmanes.
Candidato de los Hermanos Musulmanes, Mursi, elegido en junio, tiene en sus manos el poder ejecutivo y el legislativo, ya que la Asamblea fue disuelta antes de su elección. Sus nuevas prerrogativas lo ponen a salvo de recursos ante el poder judicial, con el que mantiene malas relaciones.
El viernes, Mursi prometió que el país continuaría en la "vía de la libertad y la democracia". Para sus partidarios, el refuerzo de sus poderes permitirá acelerar las reformas en este sentido. Estas disposiciones deben supuestamente durar hasta la adopción de una nueva Constitución, un proceso que está atorado y que podría demorar varios meses.
La corriente popular, dirigida por el nacionalista de izquierda Hamdeen Sabbahi, tercero en la presidencial de junio, llamó a una manifestación masiva el martes para que Mursi anule estas disposiciones.
Otros líderes de la oposición, como el ex jefe de la Liga Arabe, Amr Musa, y el ex jefe de la agencia nuclear de la ONU, Mohamed ElBaradei, también denunciaron las medidas adoptadas por Mursi, calificado de "nuevo faraón".