En Noruega, al menos dos personas murieron por el estallido de, aparentemente, un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo. No se descartan más víctimas fatales, debido a la potencia de la detonación.

Según la publicación Aftonbladet, el objetivo del ataque era el ministro de Energía y Petróleo; también dañó el edificio del diario VG y las oficinas del primer ministro, Jens Stoltenberg, que no resultó herido. 

La Policía acordonó la zona y se evacuaron las dependencias gubernamentales aledañas mientras se atendía a un grupo no precisado de heridos.

Tras la explosión se registraron escenas de pánico por las calles, con personas corriendo, algunas de ellas ensangrentadas.