El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, deploró la represión armada que tiene lugar en Libia, donde la población se levantó contra Muammar el Kadafi, en el poder desde hace 42 años.

En la misma línea que su secretaria Hilary Clinton, el mandatario norteamericano afirmó que “el sufrimiento y el baño de sangre es escandaloso e inaceptable” y señaló que quienes perpetran estos actos deberán ser “responsabilizados”.

Obama condenó “las amenazas y órdenes de disparar a manifestantes pacíficos y seguir castigando al pueblo de Libia”.

Subrayó que “esos actos violan las normas internacionales y todos los estándares de la decencia común. Esta violencia debe terminar”.