La OTAN fracasó por segundo día seguido en su intento de convencer a sus miembros de aportar más aviones para los bombardeos en Libia, pero su jefe militar se mostró confiado en obtener pronto las aeronaves necesarias. Casi un mes de bombardeos internacionales en Libia no lograron neutralizar a las fuerzas del gobierno de Muammar Kaddafi ni permitieron a los rebeldes avanzar desde los territorios que controlan, con lo que la guerra se encuentra en un punto muerto.

El máximo jefe militar de la OTAN, el almirante estadounidense James Stavridis, dijo esta semana que se necesitan más aviones de ataques de precisión para evitar víctimas civiles, porque las tropas libias se despliegan deliberadamente en zonas pobladas.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que las discusiones en la capital alemana terminaron sin nuevos compromisos de ceder más aviones para los ataques, pero que recibió "indicios de que las naciones suministrarán lo necesario en un futuro cercano". Ayer, los cancilleres acordaron que Kaddafi debe renunciar, pero reafirmaron que la misión militar mantiene sus metas de proteger a los civiles, forzar la retirada del Ejército libio de ciudades y hacer cumplir un embargo de armas.